A tan solo tres calles del parque central de Tumbaco, al oriente de Quito, la delincuencia y el descontrol preocupan a vecinos y comerciantes. En los últimos días, un nuevo episodio de violencia se registró en una tienda del sector, cuando al menos tres hombres y una mujer ingresaron de forma agresiva a un local ubicado en las calles Gaspar de Carvajal y Guayaquil.

El hecho, según el parte policial y versiones recogidas por EXTRA, ocurrió la tarde del 30 de mayo de 2025.

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Uno de los atacantes supuestamente portaba un cuchillo y vestía una camiseta a rayas, mientras que otro, con pantalón rojo, habría comenzado a botar productos y golpear los mostradores. La persona a cargo del negocio, una adulta mayor, habría intentado espantarlos con un palo, pero fue despojada del objeto y agredida junto a su hijo.

El vástago habría terminado en el suelo, sangrando por una herida en la cabeza, tras ser golpeado con el mismo palo que usaban para defenderse.

Delincuentes se llevaron dinero de negocio en Tumbaco

Según la denuncia rendida ante la Fiscalía, mientras el herido y su madre eran atacados, otro de los antisociales (un individuo sin camiseta) se habría llevado las monedas de un dispensador de chicles, cuya recaudación habría rondado los $300.

Los policías que llegaron al sitio lograron aprehender a unos ciudadanos, aunque luego se estableció que dos de ellos, al parecer, no tenían relación con el asalto y fueron liberados. Los identificados por las víctimas fueron dos, quienes vestían prendas similares a las descritas durante el incidente.

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Ellos fueron llevados a audiencia, donde la Fiscalía determinó que no tenía elementos suficientes para formular cargos en su contra, por lo que quedaron libres sin siquiera ser procesados.

A vecinos de Tumbaco no solo le afectan los robos

Durante un recorrido por la zona, no solo se pudo constatar que el lugar donde ocurrió el hecho se encuentra a tres cuadras del parque central, sino que se pudo observar que en los alrededores había personas consumiendo licor en los parterres, lo que ha generado preocupación entre los vecinos, pues se sienten expuestos y vulnerables.

Este tipo de situaciones no solo afectarían la tranquilidad de los moradores, sino también el comercio y la vida cotidiana del sector, donde operan tiendas, gimnasios, panaderías, centros médicos, restaurantes... un poco ‘de todo’.

Por ese motivo, vecinos del barrio piden más presencia policial y acciones preventivas que eviten que este tipo de agresiones se repitan. “No podemos vivir con miedo cada vez que alguien entra al negocio”, expresó una moradora, quien prefirió no dar su nombre.

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