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Jorge Glas fue sentenciado a 13 años de cárcel por el caso Reconstrucción de ManabíJosé Jácome / EFE

Jorge Glas estaría exagerando sus síntomas |Esto dice una experta

Entre las observaciones destaca la “simulación consciente de síntomas psiquiátricos”, además de algunas incongruencias entre lo que cuenta y actúa

El examen psiquiátrico realizado al exvicepresidente Jorge Glas en el marco del caso Reconstrucción de Manabí ha generado intensas reacciones, luego de que se concluyera que está en condiciones de enfrentar su tercer juicio penal.

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La evaluación, que se extendió por cuatro sesiones de ocho horas cada una, contiene detalles sobre su estado emocional, actitud frente al equipo evaluador y consistencia en los síntomas reportados. La especialista Estefanía Ulloa, psicóloga clínica, revisó el documento completo y analiza el diagnóstico principal emitido por la perito oficial.

El exvicepresidente ha estado en prisión casi siete años, cumpliendo una condena de ocho por los casos Odebrecht y Sobornos, tras ser declarado culpable de asociación ilícita y cohecho. Ahora se le suman 13 años más por el caso Reconstrucción de Manabí.

¿Simulación consciente o trastorno real?

Según Ulloa, el diagnóstico principal debería ser simulación consciente de síntomas psiquiátricos, específicamente “seudoalucinaciones auditivas y alucinaciones visuales”. Explica que esta conclusión se sustenta en incongruencias evidentes entre lo que Glas reporta y lo que se observa clínicamente.

“El diagnóstico de trastorno depresivo, episodio grave sin síntomas psicóticos, debería figurar como secundario”, afirma. Para la especialista, si bien hay síntomas depresivos, están sobredimensionados con fines judiciales, lo que encajaría en un intento de sobresimulación.

Contexto judicial clave para interpretar síntomas

Ulloa contextualiza que la evaluación ocurre dentro de un proceso penal por peculado, lo que puede influir en la manera en la que el procesado presenta sus síntomas. La Asociación Psiquiátrica Americana (APA) establece que una de las señales de simulación es la "discrepancia entre los síntomas manifestados y los hallazgos clínicos, junto a posibles beneficios secundarios, como la modificación de la responsabilidad penal", agrega la experta.

Jorge Glas consume unos 17 medicamentos diarios por varios padecimientos.canva

También resalta que Glas no colaboró plenamente con los profesionales, tuvo conductas evasivas y mostró una tristeza sin expresión emocional, algo que fue registrado por la perito oficial.

¿Faltaron pruebas más rigurosas?

Uno de los aspectos más críticos del análisis de Ulloa es el uso del test BDI-2 (Inventario de Depresión de Beck) como base para el diagnóstico. Aclara que se trata de una herramienta de tamizaje y no de diagnóstico formal.

“Era indispensable aplicar pruebas como el MMPI-2, que permiten detectar simulación o inconsistencias en las respuestas”, señala. También lamenta que no se haya incluido una evaluación de personalidad, clave para detectar rasgos de manipulación o conductas antisociales.

¿Hay síntomas reales?

La especialista no descarta la presencia de síntomas depresivos reales, que serían esperables en una persona privada de libertad. Estudios locales indican una prevalencia del 68 % de trastornos depresivos en contextos carcelarios.

Sin embargo, Ulloa enfatiza que la forma en que Glas describe su estado emocional no se alinea con la evidencia clínica. “Hay síntomas, pero están sobredimensionados”, concluye.