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¡Los callejones de la perdición!

Germania Salazar, Guayaquil
El cielo gris y la pertinaz lluvia que caía en Guayaquil el pasado 29 de febrero dieron el último adiós a ‘Carlitos’ (nombre protegido),  quien con sus manos entrelazadas, vestido de blanco y en un ataúd café, fue sepultado en la fosa de un camposanto guayaquileño.
La víctima tenía 16 años cuando se topó con la muerte en  uno de los barrios más conflictivos de Nigeria.  
Un hombre presuntamente le asestó una puñalada en la nuca, según la denuncia presentada por los padres del  adolescente en la Fiscalía. Ahora, la Policía Nacional investiga las circunstancias que rodearon a este trágico suceso.
 Magdalena, su madre, nunca olvidará aquella noche del vienes 25 de febrero, cuando  un familiar la llamó para contarle el triste final que tuvo su hijo.  Angustiada, dejó de trabajar y se dirigió a la morgue para reconocer el cadáver.  
En declaraciones a EXTRA, confesó  que ‘Carlitos’ empezó a consumir drogas con apenas 10 años, luego de que ella se marchara de la casa por los supuestos problemas que tenía con el padre de sus siete hijos, quien labora como vendedor  ambulante.  
Internó al menor de edad en un centro de ayuda, pero “escapó” del lugar.Entonces, el muchacho conoció los estragos de la letal ‘H’, dejó de estudiar y se dedicó a obtener dinero de cualquier manera para comprar las dosis diarias que le reclamaba su cuerpo.     
 La progenitora afirmó que su hijo adquiría la droga cerca del sector. Pero matizó que desconocía con exactitud quiénes y dónde se la proporcionaban. “Mi hijo vendía las cosas de la casa para comprar la ‘H’”, señaló Magdalena durante el sepelio. Algunos vecinos que conocían a ‘Carlitos’ revelaron que el adolescente estaba muy delgado y se había vuelto algo rebelde.   
 
BARRIO PROBLEMÁTICO
Varios habitantes de este barrio de Nigeria, conformado por apenas tres callejones, se encuentran preocupados porque, según ellos, el lugar se habría convertido en un sitio muy visitado por  consumidores y microtraficantes de drogas (mujeres y hombres).   
EXTRA, durante un recorrido,  observó cómo muchos jóvenes se agrupaban en las veredas. Algunos parecían desorientados y tenían los ojos rojos y achinados.   
Un individuo escogió el cerramiento de una casa para fumar con nerviosismo. Miraba a uno y otro lado, como si temiera que alguien lo descubriese.   
Varios varones, vestidos con pantalón corto y gafas de sol, recorrían constantemente el lugar. Uno de ellos se acercó a un carro plateado y entregó algo que sacó de un canguro atado a su cintura.
Cuando se sintieron observados, se dispersaron para esconderse detrás de unos autos, mientras otros permanecían tirados en las veredas.
Algunos  residentes destacaron que sienten impotencia porque presumen que hay familias dedicadas al microtráfico.  E intuyen que debido a esta lacra se han formado algunas bandas.

LAS ESCENAS
 ‘Óscar’, que vive a la orilla del estero Salado a su paso por Nigeria, se muestra apenado por la aparición de tantos consumidores, a quienes ve a todas horas. “Aquí hay muchos jóvenes que fuman. Algunos asaltan”, indicó.  También añadió que desde las 18:00 hasta las 21:00,  llegan  sujetos en motos y tricimotos para drogarse.
Aunque destacó la presencia policial en la zona, declaró que los jóvenes, al percatarse de su llegada, suelen botar las evidencias al agua. “Aconsejo a  los padres que controlen a sus  hijos, que no los dejen solos porque pueden caer en este mal”, concluyó.
‘Marina’, vendedora de mangos con sal y  moradora del barrio,  analizó que el problema de la droga se debe en parte al alto grado de desocupación que afecta a los muchachos. “Ellos salen a buscar trabajo y no encuentran. ¿Qué más pueden hacer?”, cuestionó resignada.   
‘Manuel’, maestro albañil, aclaró que en el sector también hay personas que trabajan y viven apartadas de la  inmundicia, que existen padres que cuidan a sus hijos para que estos no tengan malas amistades.

 TESTIMONIOS  
‘Miguel’ solo tiene 16 años. Dejó de estudiar por la ‘H’, sustancia que conoció en su colegio. Pero la dejó por los fuertes dolores de huesos que padecía. Ahora consume  marihuana con base de cocaína.
Para conseguir la plata que necesita para comprar la droga, se dedica a asaltar a los transeúntes de otros sectores alejados de Nigeria. Él comentó que a veces le entregan la sustancia a domicilio, pero en otras ocasiones él mismo va a buscarla. Hoy no sabe cómo salir “de esta pesadilla”, de ahí que solicite apoyo de alguna entidad social o fundación. Una vez recuperado, quiere terminar el bachillerato y convertirse en policía.
Su padre, que se gana la vida en la construcción, resaltó que  hay muchos jóvenes en la misma situación que sus hijos y que sería bueno que “tomen conciencia y se dejen ayudar”.

LA VIDA DE ‘JOSÉ’
A sus 27 años, ‘José’ es otra víctima de las drogas. Incluso ha llegado al extremo de robar en las viviendas de su sector para, de esta manera, poder adquirir las diferentes sustancias que consume. “A veces aparece golpeado, porque al  parecer le fían y luego no consigue el dinero necesario para pagar la droga”, apuntó su madre.

UN “ANÁLISIS” DE LA PROBLEMÁTICA
“Habría que analizar la problemática social que empujó a ciertas familias de aquel sector para que se dediquen a esta actividad ilícita. Los factores pueden ser diversos y definir el verdadero problema no es tan sencillo. Antes debe hacerse el análisis correspondiente. En la mayoría de los casos, los grupos familiares se conforman con personas de conductas desviadas. No necesariamente las personas que se meten en este negocio es por falta de trabajo”, señaló el sociólogo Juan Salazar, jefe político de la ciudad de Guayaquil.
Salazar añadió que las actividades y proyectos planteados por la Gobernación de la provincia del Guayas, además de los ministerios correspondientes, pueden ayudar a fomentar la recuperación de los jóvenes, quienes son los más vulnerables en este tipo de situaciones.

UN LUGAR ABANDONADO
Carolina, madre de familia, explicó que la antigua Unidad de Policía Comunitaria (UPC) del lugar quedó deshabitada y, ahora, se ha transformado en un sitio utilizado supuestamente por los adictos “para fumar” y consumir.
 Según pudo observar este diario, el patio está lleno de maleza y basura. “Es una porquería completa”, remarcó la señora, que vive cerca de la estructura. La mujer solicitó que sea destruida o regresen los agentes para evitar esta clase de prácticas en los alrededores.

625 DETENIDOS EN LA ZONA 8
“La Policía ha realizado operativos importantes en todo el distrito Metropolitano  de Guayaquil y hemos tenido resultados óptimos en los sectores más afectados,   como en la Décima y 10 de Agosto, el cerro Las Cabras de Durán y la Zona ‘H’ (en laNueva Prosperina). Se ha logrado desarticular organizaciones, aprehender expendedores, distribuidores y líderes de la droga”, señaló a EXTRA el mayor Guillermo Palacios, jefe operativo de la Unidad de Antinarcóticos en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón).
El oficial indicó que el  fenómeno psicosocial de las drogas no solo contempla la intervención de las fuerzas de seguridad, sino también de  otras entidades como de los ministerios del Deporte, de Inclusión Económica y Social o Salud Pública, con la finalidad de ayudar a las personas consumidoras.  
“Desde el 1 de enero de este año se han realizado 529 operativos e incautado 676.380 gramos de droga en la Zona 8. También se ha detenido a 625 personas, mientras que 58 menores de edad han sido aislados, por tráfico, consumo interno o microtráfico”, explicó.
Sobre el caso del barrio Nigeria, manifestó que la estrategia a utilizar será diferente que la llevada a cabo en otros sectores. Primero se recabará información y se recopilarán denuncias. Después se hará un estudio del área. Y posteriormente se procederá a la verificación y judicialización de los casos de microtráfico, todo coordinado con la Fiscalía y la Judicatura, detalló el oficial.