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Los encontraron abrazados entre los escombros

Redacción Quito
El olor a descomposición era fuerte. Luego de caminar por más de una hora desde San Pedro de Taboada hasta la parroquia de Sangolquí, en la provincia de Pichincha, los cuerpos de Darwin Ontaneda, su esposa María León y su hija Joselyn, de doce años, fueron trasladados hasta su última morada. Tres nichos esperaban por los ataúdes de esta familia, que fue encontrada el pasado lunes bajo los escombros del hotel RoyalPacífic de Canoa, destrozado por el terremoto del sábado anterior.
Christian León, hermano de la fallecida, tomó la caja. Mientras caminaba por el pequeño pasillo del camposanto, susurró algunas palabras. Pedía por su familia para que le dé valor para asumir su partida. Detrás del ataúd se encontraba su padre Raúl, quien logró salir de la edificación junto a su esposa y dos parientes más que se salvaron de milagro.
Comentó que los siete integrantes viajaron a la región costera para pasar un fin de semana y, obviamente. No se imaginaban que tres llegarían en cajas. “Los encontramos cogidos de las manos. Fue un momento duro porque ver la magnitud del desastre nos daba pocas esperanzas de sacarlos con vida. Ellos se quedaron en la habitación descansando”, explicaba mientras miraba a sus padres llorar en una de las bancas del cementerio.
Para Jorge Ontaneda, llevar el cuerpo de su hijo fue un drama. A pesar de mostrar fuerza ante el resto de familiares, no pudo contener las lágrimas mientras cargaba la caja de su ser amado.
El cuerpo de Darwin encabezó la caravana. Fue el primero en ser ingresado en el nicho. Luego, su mujer, con la cual llevaba casado trece años, y finalmente ingresó Joselyn, quien fue escoltada por sus compañeros del colegio Santo Tomás, donde cursaba el octavo curso. En el lugar quedaron solo familiares y amigos de los fallecidos. Segundo Gualoto, quien es otro de los sobrevivientes, calmaba su tristeza con un caramelo. “A penas salimos intentamos rescatarlos, pero fue imposible. Nadie nos quiso colaborar en ese instante. Me desesperé por buscar a mis sobrinos, pero fue imposible, ya estaban muertos”, indicó por los golpes sufridos en su cuerpo luego de que un muro cayera sobre él. (DC)