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Madre de familia halló la muerte mientras buscaba chatarra

Redacción Quito
“¡Dios mío, no puede ser! Es Rosita Oña”, gritó un hombre, quien acababa de llegar al sitio donde una mujer había sido atropellada en Santa Rita, en el sur de la capital.
Enseguida rompió a llorar y se comunicó con los familiares, quienes arribaron al sitio y se desesperaron cuando contemplaron el cuerpo de la señora, tendido en el piso.
El sombrero, los zapatos y una chalina de la víctima estaban a pocos metros del cadáver. Cuando los allegados de la mujer vieron las prendas, su angustia se disparó.