En la sala del hogar de la familia Villacís Bastidas, en la cooperativa Reinaldo Quinóñez (noroeste de Guayaquil), la mañana de ayer solo se velaban los restos de Deiby Danny y Jonny Byron, dos de los tres hermanos asesinados en la ‘Peni’.

El cadáver del otro ñaño, Darwin Mauricio, todavía no podía ser retirado del Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses, porque según su abuela Adela Bastidas, la cabeza de su nieto fue desprendida del cuerpo.

“A mi nieto lo decapitaron. Parece que también le cortaron los brazos y su cuerpo aún no estaba completo, es por eso que todavía no lo hemos podido retirar”, manifestó la adulta mayor.

María Elena Villacís, hermana de los tres PPL asesinados, quienes se encontraban recluidos en el pabellón 5, contó que una amiga fue quien les aviso, por teléfono, de la masacre ocurrida en la cárcel.

Pero la familia Villacís Bastidas no solo sufre por las muertes de Darwin, Jonny y Deiby, pues también están angustiados porque otro de los hermanos, Daniel Isaac, se encuentra recluido en la misma cárcel donde asesinaron a sus ñaños. “Solo me queda vivo un hermano. Él debe salir libre el 4 de octubre. Tememos por su vida”.