La lentitud en la impresión de boletos, las fallas en las lecturas de códigos y la falta de personal para atender en las horas pico persisten en el Metro de Quito. Un equipo de Diario EXTRA que recorrió entre estaciones constató lo que viven los usuarios y conoció las historias presentadas a continuación.

La fase de cobros en el Metro de Quito ha permitido que cualquier persona, sin necesidad de registrar una cuenta por internet, pueda acceder directamente a las estaciones y comprar un boleto para viajar en este transporte público, por 45 centavos de dólar. Y aunque se han registrado inconvenientes, hay quienes siguen motivados en conocer este sistema, no como usuarios convencionales, sino como turistas.

La quiteña Rosa Pulupa y su nuera Natalia Castro Buitrago son ejemplo de aquello, pues ellas -la mañana de ayer- hicieron un viaje ida y vuelta con el mismo boleto, desde la estación del parque La Carolina, en el norte capitalino, hasta la terminal de Quitumbe, en el sur. 

Luego retornaron hasta el parque El Ejido. Ellas desconocían que con un mismo pasaje podían darse una vuelta, pero eso les fue confirmado por un funcionario de la entidad a cargo del servicio, quien les explicó que el ticket tiene una duración de 90 minutos, siempre y cuando no salgan de una estación.

Natalia Castro es oriunda de Medellín (Colombia) y comentó que el proceso del metro capitalino es muy similar al que hubo en su ciudad. Por eso comentó que las fallas se presentarán, pero se corregirán en el camino. Pulupa añadió que espera que no se hagan grafitis en las estaciones y trenes para que se mantengan como nuevos.

La mañana del miércoles 2 de mayo de 2023, el Metro de Quito no cumplió en su totalidad con el horario matutino publicado en sus redes sociales. Eso provocó el malestar de quienes esperaban tomar el tren del último turno para llegar a sus lugares de trabajo.

Uno de los afectados por esta decisión, que no fue alertada, fue Braulio Delgado. Él tenía previsto estar en el sector Chillogallo, en el sur de la ciudad, aproximadamente a las 10:30. Por eso esperaba embarcarse en el tren que a las 10:12 pasaría por el parque El Ejido. Sin embargo, se le dañó la mañana cuando un empleado de la estación le impidió el ingreso.

El usuario había llegado a las 09:50, con 22 minutos de antelación, porque no quería tener inconvenientes, pero sí los tuvo. “Estamos antes aquí en la parada y nos cierran la puerta en la cara (...). No publicaron nada de la decisión y por eso es la queja también. Nosotros cumplimos con un horario. Deben respetar ellos también los horarios de operaciones”, lamentó el lugareño.

Al cuestionar al hombre que le impidió ingresar, este le respondió que solo cumplía con disposiciones. Otros perjudicados también lamentaron lo acontecido, pero como alternativa no les quedó más que emprender una caminata hacia la avenida 10 de Agosto para embarcarse en un trolebús.