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“Mi nieto fue quien vio llorar al Divino Niño”
29 de marzo, 2016
Martho Guillén, Zaruma (El Oro)
La pequeña imagen del Divino Niño que durante ocho años permaneció como sagrado escudo protector en la modesta vivienda de la familia Castillo-Toro, en Muluncay Grande, ahora es admirada por decenas de creyentes del altiplano orense, muchos de los cuales se congregan para rezar la novena del santo rosario.
Entre fe y curiosidad, acuden a ver la efigie que permanecía a la entrada al dormitorio de la dueña de casa, Rosa Toro, de 61 años, y que la mañana del Sábado Santo habría protagonizado un hecho extraordinario.
Fue Steward Emmanuel, de 11 años, nieto de doña Rosa, el primero en vivir la inusual, inesperada y sorpresiva experiencia y se lo comunicó a su abuela Rosa Toro.