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El narcotráfico afecta las costas ecuatorianas
Traficantes acopian droga y zarpan desde zonas costeras de difícil acceso. Ahora viajan en lanchas rápidas hasta el punto de destino.

Imagen referencial.
Los narcotraficantes toman los cambios de marea como una ventaja. Cuando el mar sube de nivel aprovechan para ingresar o salir con sus cargamentos, pero en el momento que baja están seguros de que nadie más podrá entrar a los refugios que construyen en lugares inhóspitos, cercanos al perfil costero ecuatoriano.
En esos sitios buscan evadir cualquier control policial o militar, pues tampoco hay señales radiales o telefónicas. Y la única forma de llegar es en lancha, siempre que el mar lo permita. Allí, los traficantes edifican centros de acopio y cavan caletas para ocultar la droga bajo tierra, junto a árboles frondosos, y librarse de ser descubiertos vía aérea.
Un informe policial, al que Diario EXTRA tuvo acceso, revela que los narcos prefieren asentar estas construcciones en acantilados, donde adecuan estructuras para coordinar los envíos de sustancias estupefacientes a través de lanchas rápidas, llamadas ‘go fast’.
Atrás quedan los años en que las embarcaciones viajaban a mar abierto y allí descargaban la droga para transportarla en buques convencionales. Las ‘go fast’ ‘vuelan’ directamente al punto de entrega, a menudo con hasta dos toneladas de estupefacientes. Además, están equipadas con dispositivos de rastreo satelital para mantener un control en tiempo real de su ubicación.
Los principales destinos son México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. Las rutas básicas parten de las islas Galápagos, bordeando el archipiélago por aguas internacionales, o a través del norte y el sur, según detalló un oficial encubierto de la Dirección Nacional Antinarcóticos (ver gráfico).
En los operativos de captura actúan especialistas del Comando de Guardacostas (Coguar) y de las Fuerzas Armadas, generalmente en conjunto con la Unidad de Investigación Antinarcóticos (UIAN) de la Policía Nacional. Sin embargo, cuando los narcos se alejan del mar territorial ecuatoriano, los agentes ecuatorianos solicitan el apoyo de comandos navales norteamericanos.
“Hay acuerdos internacionales con la DEA (Administración para el Control de Drogas), de los Estados Unidos, y lógicamente los resultados son positivos. Son halagadores en la mayoría de los casos pues, efectivamente, hay diferentes rutas que toman ellos (los narcos) desde las costas del Pacífico”, precisó Francisco Freire, de la Fiscalía Especializada en Delincuencia Organizada, Transnacional e Internacional (Fedoti).
El funcionario argumentó que para localizar a estas organizaciones, durante meses se efectúan seguimientos e interceptaciones telefónicas “autorizadas judicialmente, como manda la ley”.
“Por otro lado, sabemos que los traficantes encaletan la droga en fincas, en la tierra, en las casas... millón formas. Y esto se logra descubrir. La labor policial y fiscal no desmaya, pero la de ellos tampoco, porque no claudican en su labor y lógicamente nosotros no claudicaremos en combatir este mal”, añadió.
El operador de justicia desveló que están constantemente en búsqueda de las nuevas modalidades que usan los narcos y recordó que antes operaban con lanchas no muy rápidas: “Hoy lo hacen con lanchas sumamente veloces, que tratan de impedir los controles, aunque a veces lo consiguen”.
Freire concluyó que la lucha contra los narcotraficantes “es realmente una labor titánica”.