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Los niños-marca, una tendencia en el Registro Civil

Wendy es un nombre-marca. La diferencia es que quienes se llamaron así antes de 1969, nunca planearon que en ese año una cadena de hamburguesería llevaría ese nombre en Ohio. Los que lo tienen, pueden señalar el logo de la pelirroja con trenzas y creer

Wendy es un nombre-marca. La diferencia es que quienes se llamaron así antes de 1969, nunca planearon que en ese año una cadena de hamburguesería llevaría ese nombre en Ohio. Los que lo tienen, pueden señalar el logo de la pelirroja con trenzas y creerse: ¡Por mi le pusieron!

A Ecuador la franquicia llegó en 2013 y la popularidad de llamarse así no subió, pero se mantuvo sobre los mil. En los últimos 4 años desde que este local de comida rápida se instaló, se inscribieron 1.113 niñas con ese nombre. Ya sabes, las Wendys.

Un boom que sucede con las marcas, los servicios, artistas y jugadores de fútbol. Lo que sea que esté dando de qué hablar. Sino, pregúntenle a Britney Spears y James Rodríguez cuántos ‘tocayos’ les nacieron por el mundo.

La inspiración, sin embargo, se alimenta bastante de las marcas. En 2009 nació un servicio de taxi en Estados Unidos, lo llamaron Uber y a partir de entonces los padres en América Latina no han perdido oportunidad para ponerse creativos.

Los Huber o Uber en el país, en los últimos 10 años, ya son 42. Es decir, ocupan el top de los menos corrientes en el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Advertencia: el ingenio no terminó ahí.

De acuerdo a un sondeo realizado por la misma empresa que ingresó a brindar su servicio en 2017, están inscritos al menos 8 variaciones que contienen ‘uber’ en su composición: Luber, Gluber, Duberlí, Shuberth, Jouberth, Ruber, Duber y Hubert.

Los anteriores son una mezcla de marca, apellidos ingleses, pianista francés y cualquier combinación de palabras que haga parecer que nos referimos a un extranjero. Eso fue lo que también le pasó a Netflix de Jesús.

El niño hizo noticia con su particular acta en el Registro Civil. Aunque diarios como El Clarín trataron el tema como un ‘supuesto’ que habría ocurrido en Colombia a inicios del 2018.

Un supuesto que suena a creíble porque ya ha habido casos en los que Google, Apple, Samsung han sido el primero o el segundo nombre de un niño. Como esto de tomarse muy a pecho las marcas que usamos no es bien visto ni en el Registro ni en la vida futura de quien lo lleva, hay países que ya han prohibido ciertas denominaciones.

Por ejemplo, en Ecuador hasta el 2016, se contabilizaron 622 Hitlers. Nombre que junto al del terrorista asesinado Bin Laden, están negados para Alemania. Lo mismo pasa con la deliciosa Nutella en Francia: nada de andarle llamando así a su hijo, deje eso para su pan o los aperitivos.

Esas y otras limitantes ya se exigen en diferentes Registros Civiles para luego ahorrarse el cambio de nombres. Lo cierto es que, si de rarezas nominales hablamos, no hay que olvidar que una pareja con petición y todo en Change.org logró en 2015 que su hijo sea el Goku que siempre imaginaron. Un Goku de padres españoles.