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El Papa Francisco durante su última aparición pública el domingo 20 de abril.EFE/EPA/ANGELO CARCONI

¿Qué pasa en el Vaticano tras la muerte del Papa? Lo que viene antes del funeral

La muerte del Papa Francisco activa protocolos especiales en el Vaticano ¿Qué cambios introdujo el Papa antes de su fallecimiento?

La muerte de un Papa representa un momento trascendental en la vida de la Iglesia Católica, no solo por la pérdida espiritual, sino también por la activación de protocolos tradicionales que aseguran la continuidad en el liderazgo de la institución. Tras el fallecimiento del Papa Francisco, el Vaticano ha puesto en marcha un plan detallado que regula los actos fúnebres y prepara el camino hacia la elección de su sucesor.

Desde el anuncio del deceso, se ha iniciado un proceso litúrgico y administrativo meticulosamente organizado, basado en la normativa vigente y adaptado a los cambios que el propio Papa Francisco impulsó antes de su muerte para simplificar las ceremonias papales.

Primeros pasos tras el deceso

La coordinación de las funciones oficiales recae en el camarlengo, actualmente el cardenal Kevin Farrell. Como parte de sus responsabilidades, Farrell debe sellar la residencia personal del pontífice, ubicada en la Casa de Santa Marta, y proceder a la destrucción del anillo del pescador y el sello de plomo, utilizados para autenticar documentos oficiales.

Junto a un equipo de tres cardenales asistentes, Farrell también establece el calendario de duelo, que incluye la fecha del funeral y el entierro. Según las normas eclesiásticas, estos actos deben comenzar entre el cuarto y sexto día después del fallecimiento y suelen extenderse por un período de nueve días.

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El Vaticano informó que el cuerpo del Papa Francisco será trasladado mañana miércoles a las 9:00 horas desde la capilla de Santa Marta a la Basílica de San Pedro, donde permanecerá en capilla ardiente durante tres días para que los fieles puedan despedirse.

Un protocolo adaptado por Francisco

En 2024, el Papa Francisco aprobó una nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el libro litúrgico que regula los ritos fúnebres papales. Según informó Vatican News, las modificaciones buscaban “simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del obispo de Roma expresara mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado”.

Con estos cambios, se eliminaron prácticas tradicionales como el uso del catafalco y la verificación de la muerte mediante el martillo de plata. Ahora, la confirmación del fallecimiento ocurre en la capilla privada del pontífice, y el cuerpo es expuesto en un féretro sencillo dentro de la Basílica de San Pedro, sin plataforma elevada. 

El féretro será de madera con un interior de zinc, sustituyendo el antiguo sistema de tres ataúdes constituidos por ciprés, plomo y roble.

La última vez que los fieles pudieron acercarse al Papa Francisco mientras viajaba en el PapamóvilReuters

Funeral y lugar de entierro

La misa funeral se celebrará en la Plaza de San Pedro, presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, cardenal Giovanni Battista Re. Durante la ceremonia, se evitarán títulos asociados al poder temporal, utilizando expresiones como “Obispo de Roma” o “Pastor”.

Contrario a la tradición de enterrar a los papas en la cripta de San Pedro, Francisco pidió ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. Así lo dejó establecido en su testamento, en el que escribió: “Deseo que mi último viaje terrenal termine en este antiquísimo santuario mariano”.

Solicitó además que su tumba fuera “sencilla, sin decoración particular”, con la sola inscripción de su nombre, “Franciscus”, en la nave contigua a la Capilla Paulina, cerca del icono mariano Salus Populi Romani, de gran devoción para él.

Camino al cónclave

Una vez concluidos los ritos fúnebres, el decano del Colegio Cardenalicio convocará a los cardenales electores, menores de 80 años, para iniciar el cónclave. Este proceso, que debe comenzar entre 15 y 20 días después del fallecimiento, se realiza en la Capilla Sixtina bajo estrictas medidas de confidencialidad.

Durante el cónclave, los cardenales votan hasta alcanzar una mayoría de dos tercios. Si el resultado no es inmediato, el humo negro saliendo de la chimenea indica que no se ha elegido aún un nuevo Papa. Cuando finalmente se alcance el consenso, el humo será blanco, anunciando así al mundo que un nuevo líder espiritual ha sido elegido.

La palabra "cónclave" proviene del latín cum clavis, que significa "con llave", en referencia al aislamiento estricto de los cardenales durante el proceso de votación, una práctica que se instauró en la Edad Media para evitar retrasos prolongados.

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