Dos días después de la masacre que dejó diez muertos en el cantón General Villamil (Playas), el balneario luce casi desierto. Sus playas y calles están vacías, el silencio reemplazó al bullicio turístico, y el miedo se ha instalado tanto en los familiares de las víctimas como en los habitantes y pocos visitantes que aún permanecen en la zona.

(Te invitamos a leer: En este billar, en la ciudad de Santa Martha, se encontraban las víctimas cuando ocurrió la masacre)

La matanza ocurrió en una vivienda donde operaba un billar clandestino. Hombres armados con fusiles y pistolas llegaron en un vehículo Cherry blanco y abrieron fuego contra quienes se encontraban en el lugar.

Las víctimas mortales fueron identificadas como Andrés Javier Guim Bustamante (29), Joao Pompeyo Martínez Alejandro (28), Carlos Mar Yagual Carrión (25), Luis Salinas Moreira, Raúl Mire, Erick Robalino Cevallos, Bryan Gancela Mayorga, Ángel Montaguano, Jordán Quiroz Solórzano y un menor de 16 años.

Clases virtuales en Playas

Tras el hecho violento, las autoridades educativas del cantón decidieron suspender las clases presenciales y trasladar la enseñanza a la modalidad virtual en escuelas y colegios, por tiempo indefinido. La mañana del lunes, decenas de padres acudieron a los planteles para retirar libros, útiles y cuadernos, con el fin de que sus hijos puedan continuar sus estudios desde casa.

“Estamos con miedo. Por ahora, esta es la mejor opción. Nunca se había registrado un hecho de tal magnitud en este balneario. A dos de los fallecidos los conocía, eran chicos tranquilos y trabajadores. No quiero que mis hijos corran peligro o terminen siendo víctimas colaterales”, expresó con preocupación Javier Borbor, residente de la localidad.

Restricciones y estado de excepción

El alcalde de Playas, Gabriel Balladares, informó sobre las medidas adoptadas por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal tras la tragedia. Entre las resoluciones está la restricción de horarios en bares, discotecas y centros de diversión nocturna, que solo podrán operar entre las 15:00 y las 20:00.

“Más allá de la afectación al sector comercial, lo prioritario es garantizar la seguridad y la tranquilidad del cantón. Queremos restablecer el orden”, manifestó.

El burgomaestre confirmó también que aunque el gobierno local no tiene competencia para decretar un toque de queda, desde el domingo rige un estado de excepción, cuya notificación fue enviada a todas las instituciones que integran el COE y a las carteras estatales con competencia en seguridad.

Balladares reiteró su pedido de militarización del cantón, una solicitud que, según dijo, ya había sido presentada meses atrás.

“Con lo ocurrido el sábado, volvimos a pedir refuerzos. El presidente respondió de manera oportuna y envió (a las) Fuerzas Armadas al territorio. Se está trabajando, aunque hay detalles que no puedo revelar por motivos de seguridad”, declaró.

Tres días de luto oficial

El alcalde decretó tres días de luto por las víctimas de la masacre. Entre los fallecidos se encontraban tres empleados municipales: Ángel Montaguano, del área de Servicios Institucionales; Bryan Gancela, del departamento de Catastro; y Carlos Yagual, de la Empresa Municipal de Aseo.

“Hoy realizamos un minuto de silencio en su honor. Todo el personal municipal está profundamente consternado”, señaló Balladares, quien acompañado de seguridad policial y funcionarios del Cabildo asistió al sepelio de Montaguano, realizado a las 12:00 de este lunes en el Cementerio General de Playas.

Metralla era el objetivo

Una fuente de la Policía Nacional reveló a este Diario que el objetivo del ataque armado en Playas era un joven conocido con el alias de Metralla, quien logró escapar de la escena.

Según el testimonio de un testigo, el joven, de contextura delgada y tez trigueña, al notar la presencia de los sicarios intentó ocultarse dentro del billar y luego huyó por los techos de las viviendas colindantes.

Instantes después, varios sujetos vestidos de negro ingresaron al inmueble y dispararon contra todas las personas que se encontraban en el lugar.

“Tras perpetrar la masacre, los atacantes escaparon a toda velocidad con rumbo desconocido. Además, durante el procedimiento de fijación de indicios y levantamiento de cadáveres, al menos 200 personas se aglomeraron en el sitio y, de forma violenta, retiraron los cuerpos sin permitir que se completara el protocolo forense correspondiente”, indicó un investigador policial.

En la escena del crimen se levantaron los siguientes indicios balísticos: 48 vainas calibre 9 milímetros, dos cartuchos 9 milímetros, 12 balas deformadas, 71 vainas de fusil y 8 cartuchos de fusil.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡Suscríbete aquí!