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Guayaquil: Una pelada se 'voló' por tres 'latas'

Una joven que supuestamente ‘pateó’ a un taxista fue grabada por el perjudicado y el video encendió las redes. Este no sería el único caso de su tipo

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Captura del video en el que la joven le hace un gesto obsceno al taxista.Captura de pantalla

A Sonny Sarmiento, taxista por más de 20 años, no le sorprende el espectáculo que circula en redes sociales, el cual se convirtió en tendencia: #Lady3Latas, material audiovisual cuya protagonista es una joven que, al parecer, pidió un auto, por medio de una aplicación, para que la traslade de la Alborada hasta La Garzota, (según una captura de pantalla, publicada en Twitter).

La chica fue grabada por el conductor afectado, a quien no le habría reconocido el valor de la carrera: tres dólares.

Por eso él procedió a grabarla con su celular para exponer el caso, pero la reacción de la muchacha fue insultos y gestos manuales ofensivos. Supuestamente ella no pagó por el servicio recibido e ingresó campante a una edificación, no sin antes despedirse irónicamente de quien la grababa.

Julio César, chofer hace dos meses, también cuenta una historia similar. “El jueves pasado recogí a dos mujeres en Urdesa y las llevé hasta La Aurora (Samborondón) y en pleno semáforo en rojo salieron corriendo y se metieron en una urbanización. Nunca me iban a dejar pasar en la ciudadela, de ley iba a tener ‘pitos’ con el guardia. Fueron cuatro dólares los que no me pagaron. Eran adultas, les calculo unos 22 a 28 años”, relata el ‘dueño del volante’.

David Correa, también trabaja en una cooperativa que emplea una app para solicitar vehículos. Él no se complica la vida en estos casos. “Sí me ha pasado, solo reporto la incidencia al soporte de la plataforma y la cooperativa amonesta al usuario y le acreditan el valor no cancelado en la siguiente carrera, el cual pueden pagar con tarjeta de crédito, débito o en efectivo. Si no lo cubren abandonan la aplicación y se pierde ese dinero”, sostiene.

Tendencia a la viveza

Lo que le preocupa a la Msc. Martha Rodríguez, profesora de la Universidad Politécnica Salesiana, experta en ética, es que la tendencia actual sea el irrespeto, la falta de empatía y la viveza.

“Ahora el joven se está acostumbrando a hacer lo que quiere, cuándo quiere y dónde quiere, porque sabe que no va a tener un llamado de atención y todo lo que está es aceptable”, precisa la catedrática, quien señala que hay padres que solapan, incluso festejan que sus hijos sean ‘sabidos’.

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Escena en la cual la chica se despide del conductor, mientas él la filma.Captura de pantalla

Rodríguez se plantea varias interrogantes: ¿Qué está pasando a los padres del siglo XXI?, ¿Qué generaciones estamos dejando a la sociedad?, pues ellos dirigirán al país en un futuro no muy lejano.

La ‘profe’ considera a la acción cometida por la joven como una estafa, pero también analiza y se formula otra pregunta... ¿Qué pasó antes?, pues menciona que solo se ve lo que el taxista muestra.

De igual manera hace hincapié que no es correcto que en redes sociales se ponga el número de celular de la chica y demás información personal.

“Lo que haría como madre es buscar al taxista y hacer que ella le pida disculpas y grabaría el acto, así daríamos otro tipo de mensaje”, concluye Rodríguez.

No jueguen con nuestra ‘jama’

Luis Sánchez, taxista independiente, manifiesta que para algunos solo son tres dólares, pero para ellos es parte de la comida de sus hijos, de sus estudios, una parte de la cuota del carro que están pagando o la guardia que deben cancelar, en el caso de que no sean dueños del carro. “No hay que hacer a otros lo que no quieres que hagan contigo. En ocasiones los pasajeros no saben que uno ‘camella’ desde las 05:00 hasta las 23:00 para llevar la ‘papa’ a la casa”, expresa.

Para Sánchez aplicar la 'voladora' no es nada nuevo. "Eso de que ya mismo salgo para darle el dinero y desaparece el pasajero, es viejo. No es una lady, son varias y también nos la aplican los hombres", finaliza el chofer.

Conductores afirman que tienen chats y cuentas en redes sociales, a través de las cuales comunican cualquier eventualidad que les toca vivir, desde robos, estafas, etc.