Hoy se cumple un año del crimen de Lizeth Nayumi y de su tío, José Toaquiza, quienes fueron asesinados para despojarlos de 10.000 dólares que habían retirado de una entidad financiera ubicada en Carapungo, en el norte de Quito.

Ellos fueron interceptados mientras regresaban a su casa en un taxi . Dos sujetos a bordo de una motocicleta los sorprendieron. Para robarles el dinero le dispararon a la chica en el torso y a su pariente en la cabeza.

Nayumi murió camino al hospital, mientras que Toaquiza falleció en ese instante. La mujer de este último, quien también estuvo en el lugar, se salvó del ataque.

Los sospechosos fueron detenidos esa misma tarde junto a otras dos mujeres. Ellos pertenecían a una banda delictiva dedicada a robar en el modo sacapintas.

La mañana de ayer, un Tribunal de Garantías Penales de Pichincha los halló responsables del delito de robo con muerte y los sentenció a 34 años y ocho meses, la pena máxima, según el Código Orgánico Integral Penal (COIP).

El fiscal que llevó el caso, Ramiro Sánchez, demostró que Hermel D. fue quien disparó en contra de las dos víctimas.

El resto fue sentenciado como coautores del crimen. Óscar S. fue la persona que manejaba la motocicleta, y Ana F. y Diana R. fueron quienes seleccionaron a las víctimas cuando salieron del banco.

Dentro de las evidencias presentadas en el juicio, se incluyó el testimonio rendido por la víctima sobreviviente, de los agentes policiales que intervinieron en el operativo de captura y de los peritos.

Los jueces del tribunal consideraron los agravantes en este tipo de delito para sentenciarlos.