¡Pensaban que sus casas terminarían arrastradas!

Yadira Illescas, Píllaro (Tungurahua)
Martín Robayo aseguraba que era la primera ocasión en que veía desbordarse el río Corazón. Habita en el barrio El Rosario, Píllaro, y pertenece a una de las 13 familias que quedaron incomunicadas la madrugada de ayer.
La fuerza del agua destruyó la vía principal y los puentes de madera que comunican a estas familias con los cantones de Píllaro y Patate.
Robayo argumentó que algún deslizamiento de la montaña, en la parte alta de la cordillera del cerro Quinuales, debió de causar un represamiento en el río. Y las fuertes lluvias ocurridas la madrugada del martes originaron el desbordamiento.
El pánico se apoderó de las familias, que por unas horas creyeron que sus casas terminarían arrastradas por la corriente. “El río salió de su cauce y arrastró árboles, piedras y material pétreo.  Tuvimos que salir de nuestras viviendas”, mencionó Raúl Ortiz, otro de los pobladores.
Patricio Sarabia, alcalde de Píllaro, apenas se enteró de lo sucedido hasta que se trasladó al lugar. Recorrió la zona afectada y dispuso las máquinas pesadas para dragar el río y hacerlo volver a su cauce.
“Nuestra prioridad es el bienestar de las personas. Las maquinarias trabajarán el tiempo que sea necesario para dragar el río. Cuando baje el caudal, analizaremos la construcción de dos puentes peatonales con el fin de que den movilidad a los agricultores para que saquen los productos de sus fincas. Porque los anteriores de madera se los llevó el agua”, destacó el alcalde de Píllaro.
El primer edil de Patate, Medardo Chiliquinga, también se comprometió a enviar más equipos para trabajar de manera coordinada en los sectores afectados. Aún evalúan los daños en los cultivos.