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Miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional llegaron hasta el sitio.ALEX LIMA

Primero, balazos; luego, fuego: Así amenazaron a vecinos en el suburbio de Guayaquil

Familias de la 30 entre la R y la S son víctimas de amenazas por "sapos". Ellos aseguran no tener problemas con nadie

Un grupo de ciudadanos residentes del suroeste de Guayaquil se encuentra en zozobra luego de que hayan recibido panfletos amenazantes y ataques dirigidos. Según los relatos de dos de las tres familias afectadas, quienes habitan en la 30 entre la R y la S, los amedrentamientos iniciaron en la madrugada del lunes 25 de agosto. 

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María, identidad protegida, dice que esa madrugada uno de sus sobrinos fue protegido por "Dios y la Virgen María", pues la vivienda fue baleada y uno de los proyectiles pasó junto a él y rebotó en una pared cercana al sitio en el que él estaba descansando. "Mi sobrino había llegado y se quedó a dormir aquí; sacamos un colchón a la sala para que él se recostara. En la madrugada, no estamos seguros de la hora, dispararon a la casa y una de las balas traspasó la pata de una silla, dos tableros de una mesa y golpeó con una pared", relata asustada la madre soltera.

Esto fue lo que sucedió en el primer ataque

Ella cuenta que en esa ocasión los cinco ocupantes de esa vivienda resultaron ilesos de milagro; sin embargo, ella teme por la vida de su familia (sus padres, dos personas de la tercera, y su hijo) pues "por unos minutos tampoco la contaba mi mamá". "Ella esperó que pasara la balacera para salir de su cuarto, sino las balas iban directo al cuerpo de ella", menciona. 

Esta es una de las viviendas afectadas.ALEX LIMA

No obstante, el terror se incrementó al ver que los vidrios de la ventana de su residencia estaban rotos y tenían un panfleto en el que les ordenaban salir de la construcción en 24 horas porque, en caso de no acatar la orden, los asesinarían. "Decía que era por 'sapos', pero ninguno de nosotros se mete con nadie. Nadie habla de nadie; tenemos aquí 50 años viviendo y no tenemos problemas con los vecinos. No sabemos por qué sucedió", refiere la madre de María. 

En la casa ubicada frente a la de María también hubo disparos y panfleto en esa misma madrugada. El mensaje de la nota era el mismo, pero ninguno de ellos abandonó el sector pues aseguran no tener lugar al que acudir en caso de que siguieran la orden. 

Ellos consideran que por esa misma razón otro ataque fue perpetrado en la madrugada de este sábado 30 de agosto: el ingreso a sus residencias fue incendiado cerca de las 02:30 de ese día. "Yo me levantó porque hubo un ruido como que si un vidrio se quebraba. Me asomé y vi que al frente se estaba prendiendo la pared", menciona Liliana, la otra vecina. 

Ella enseguida llamó a su vecina y pidió a uno de sus hijos acudir a ayudarlos con agua, pues nadie contestaba sus llamadas. "Solo pedimos que nos den resguardo en la madrugada. Sabemos que es el horario en el que atentan y no queremos que esto pase a mayores", insisten María y Liliana. 

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