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El sospechoso tiene 23 años y no registra antecedentes penales.elaborado en Canva

Quito: El desenlace del joven que terminó baleado en las nalgas luego de ver a su ex

Abogada no está de acuerdo con el delito por el que fue procesado, mientras que un psicólogo cree que el implicado tiene problemas de personalidad

El joven que terminó con un balazo en el glúteo izquierdo luego de que fue a la casa de su exnovia con un arma de fuego con las intenciones, según él, de abrazarla, fue llevado a la cárcel de El Inca, en el norte de Quito. Allí se quedará durante 30 días hasta que la Fiscalía demuestre que el sujeto es responsable del delito de tenencia y porte de armas.

Sin embargo, la abogada penalista Lissette Pardo Jijón señaló que el sospechoso debía ser acusado por intimidación, por los hechos que se dieron.

En el expediente se resume que el individuo habría ingresado sin autorización a la casa de la víctima con un arma de fuego. Al parecer, rompió la ventana para entrar a la fuerza y luego habría acorralado a su expareja y a la madre.

Esta arma le encontraron al joven intruso.Cortesía

Por si fuera poco, durante todo este relajo el procesado presuntamente cargaba una pistola con dos cartuchos. Para colmo, habría intentado utilizarla minutos después para amenazar a los policías que lo perseguían, quienes repelieron el ataque al dispararle en una de sus ‘nachas’.

Análisis jurídico del caso 

Pardo reafirma que la Fiscalía debió formular cargos por intimidación, pues existió la amenaza de un delito. Y critica al sistema judicial por no analizar este tipo de casos desde una perspectiva de género.

La jurista añade que si se lo hiciera desde esa perspectiva, se entendería que el sospechoso armado no entró a la casa de su expareja “con la intención de jugar”. Pardo asegura que, en este caso, claramente el sujeto tenía la intención de, por lo menos, amedrentarla.

La experta precisa que esta falta de atención institucional también repercute en el sistema de protección de víctimas, al que califica de deplorable.

El sistema judicial necesita analizar estos casos desde perspectiva de género, según abogada. Canva

Según el parte policial del caso, durante la declaración de la madre de la víctima ella afirmó que tres días antes del incidente se habría acercado a la Fiscalía para denunciar que el sujeto perseguía a su hija.

Perfil psicológico del sospechoso

En el expediente del caso consta que durante la audiencia de flagrancia, el detenido dijo que su exnovia le había llamado por teléfono para decirle que suba a su casa. Además, habría negado que tenía un arma de fuego e indicó que se dedicaba a la carpintería para mantener a su hijo.

Fernando Tinajero, psicólogo forense, señaló que en este caso se debe analizar cuál fue el impulso que llevó al acusado a cometer ese arrebato de ir a la casa de su ex con un arma de fuego cargada.

El experto plantea dos escenarios. El primero responde a un estímulo momentáneo que, según él, puede explicarse por un trastorno límite de personalidad. “Hay un problema en el control de los impulsos”.

La madre de la víctima fue a la Fiscalía a denunciar al agresor tres días antes del incidente.Adrián Peñaherrera

Por otro lado, Tinajero plantea que si el sospechoso planificó este acto, tendría rasgos psicopáticos. “Tienen una distorsión cognitiva y no comprenden lo que les dice la otra persona”.

En este caso, la víctima había terminado la relación hace mucho tiempo y no quería volver con su expareja. Llegó un momento en el que este comenzó a intimidarla y acosarla.

El psicólogo afirma que este tipo de personas, refiriéndose al sujeto, tienen una carencia afectiva que buscan llenar con la presencia de otro ser humano, pero al ver que no está satisfaciendo su necesidad comienzan los ataques.

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