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Después de desvincular alrededor de 5.000 funcionarios públicos, Quito sufre un crisis económica que está alarmando al país.Montaje EXTRA

Quito enfrenta una crisis laboral: 5.000 despidos generan preocupación económica

Miles de familias afectadas, consumo en caída y alerta de crisis social en la capital de Ecuador. Análisis

Quito enfrenta una grave crisis tras el despido de cerca de 5.000 servidores públicos, lo que dejará de inyectar alrededor de 2 millones de dólares mensuales a su economía. La medida afecta especialmente a mujeres, personal de salud y educación.

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Quito: epicentro del desempleo público

En medio del ajuste del Estado, Quito vive un golpe económico y social sin precedentes. De los 5.000 funcionarios públicos despedidos a escala nacional, cerca del 40 % se concentra en Pichincha, especialmente en la capital, que ya ostenta la tasa más alta de desempleo en Ecuador. Las calles, hospitales, escuelas y oficinas públicas ya sienten el vacío.

Según el economista Gonzalo Criollo, director de Conquito, esta ola de despidos frenará el consumo en la ciudad, afectando directamente a las ventas, el empleo informal y el tejido económico. En cifras, se calcula que cada mes dejarán de circular cerca de 2 millones de dólares en la economía quiteña.

Problemas personales detrás de los despidos 

Marcela (nombre protegido), médica general de 35 años, fue despedida sin previo aviso del Hospital Enrique Garcés. Se enteró cuando su huella ya no fue reconocida por el sistema biométrico. 

Apenas dos semanas antes, había presentado un certificado médico del IESS por depresión con riesgo suicida moderado, un cuadro que se agravó tras la pérdida de su bebé en enero.

Marcela, madre de una niña de 4 años, ahora enfrenta no solo el desempleo, sino también la imposibilidad de pagar la matrícula escolar, útiles, uniforme y alimentos. 

En una clínica privada le ofrecieron 3.60 dólares por paciente atendido, sin garantía de un ingreso mínimo diario.

También tuvo que prescindir del cuidado infantil, lo que evidencia cómo un despido afecta más allá del hogar. “Me siento desechable”, resume con tristeza.

¿Quién vela por los afectados?

Nutricionistas, parvularias, administrativos del MIES, muchos con más de 55 años, fueron desvinculados sin opción de reinserción laboral. 

“Algunos apenas iban a jubilarse, ahora deberán estirar cada centavo”, explica uno de los afectados que pidió anonimato.

Los pagos de hipotecas al Biess, préstamos educativos, alimentación básica y estudios universitarios de los hijos, se han convertido en una montaña difícil de escalar. 

Muchos mencionan que sus sueldos (alrededor de 1.000 dólares) apenas alcanzaban para cubrir necesidades básicas, y que ya hacían esfuerzos previos como llevar comida al trabajo.

Impacto educativo y sanitario

Según Andrés Quishpe, de la UNE, 100 trabajadores del sector educativo fueron despedidos solo en Quito. Además, hospitales de la capital registran escasez de personal en momentos críticos: pacientes con enfermedades catastróficas reclaman falta de medicinas y atención.

“¿Cómo vamos a atender bien si despiden médicos, enfermeras, personal administrativo? Esto está colapsando”, advirtió un funcionario aún activo.

UNE hace mención a la seriedad de esta problemática actual, y que si no se actúa de inmediato, habrá un colapso.Montaje EXTRA

Golpe económico repentino 

Juan Carlos Salvador, presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, calcula que el sueldo promedio de un servidor público (1.178 dólares) con beneficios llega a 1.531 dólares. 

Multiplicado por las 1.900 personas despedidas en Quito, se estima una caída mensual de 2 millones de dólares en el flujo económico local.

Remigio Hurtado, de la Confederación de Servidores Públicos, señala que no solo habrá menos consumo en restaurantes o tiendas, sino también menos uso de transporte público, más endeudamiento y aumento del trabajo informal.

¿Se avecina una crisis en Quito?

Luisa Maldonado, exconcejala de la capital, alerta sobre un posible colapso social si no se diseñan políticas de contingencia. “No subsidios, sino promoción económica. Pero si no se actúa rápido, habrá más suicidios, más migración interna, más pobreza”, advierte.

Quito, la ciudad con la mayor concentración de ministerios, está ahora en el ojo del huracán. Mientras se discuten leyes, las calles hablan por sí solas: más familias preocupadas, más locales vacíos, más incertidumbre.

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