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Las aves faenadas eran ubicadas en sitios donde no había una buena higiene.Cortesía

Quito: La técnica con la que inflan pollos para aumentar su peso y engañar al cliente

Distribuidora de pollos clandestina fue clausurada por irregularidades, en el sur de Quito. El sitio se encontraba en un estado deplorable

Margarita decidió no comprar el pollo en las tiendas de su sector, San Francisco de Huacay, en el sur de Quito, tras enterarse de que fue clausurada una distribuidora donde faenaban estas aves para su venta al cliente.

Este lugar era clandestino y no contaba con los permisos de funcionamiento. Manipulaban el alimento en condiciones antihigiénicas y, por si fuera poco, les inyectaban sustancias o líquidos para aumentar su peso.

Decenas de aves de corral faenadas se encontraban en el piso, entre polvo y suciedad. Otras permanecían cerca de instrumentos de limpieza como escobas.

Lo que más llamó la atención de las autoridades sanitarias fue un aparato rudimentario con el que, al parecer, rellenaban a los pollos.

Autoridades clausuraron el establecimiento por su desaseo y falta de condiciones.Cortesía

Mario Puente, líder zonal de la Agencia Metropolitana de Control (AMC) de Quitumbe, explicó que este dispositivo estaba compuesto por un sistema de mangueras y elásticos que en un extremo estaban conectados a una toma de agua, mientras que por el otro extremo habían adaptado las agujas de una jeringa.

El objetivo, según el funcionario municipal, era inyectar a las aves en sus piernas y pechuga, para incrementar su peso y afectar al consumidor al subir el precio.

Investigación del caso 

Información de la AMC señala que este producto era distribuido en casi todas las tiendas y restaurantes de las parroquias Chillogallo y La Ecuatoriana. En el lugar donde se realizó el operativo incautaron 320 pollos que estarían adulterados y que fueron destruidos, por no ser aptos para el consumo humano.

Margarita comentó que los tenderos de San Francisco de Huacay venden la libra de pollo a 1,20 dólares. Desde que supo de la clausura de la distribuidora clandestina, optó por comprar en el Mercado Metropolitano, “así tenga que gastar más por el pasaje de ida y vuelta”. Según la moradora, la salud de su familia es prioridad.

Según la AMC, el peso de los pollos se incrementaba más de una libra luego de ser inyectadas con líquidos.Cortesía

Puente señala que según estudios sanitarios, este tipo de carne adulterada representa un riesgo para la ciudadanía, por varios factores.

Uno de ellos es que se desconoce si el agua con la que los ‘inflan’ es potable o no. También existe el peligro de que las agujas y otros implementos que utilizan estén oxidados.

Además, indicó que puede existir una propagación de bacterias por el contacto constante de la aguja con el fluido de varios animales. “En el organismo puede provocar una gastroenteritis o contaminación bacteriana”.

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