Terminaron las elecciones, pero no el desorden. Pancartas colgadas en los postes con nombres y rostros de candidatos aún son parte del paisaje capitalino. Ante esta saturación visual, se cumplió la primera jornada de retiro de propaganda electoral.

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El 13 de junio, la Agencia Metropolitana de Control (AMC) dio inicio a una nueva fase de limpieza en Quito. Y lo hizo con la ayuda de ciudadanos sancionados, que cumplen su castigo con trabajo comunitario. Afiches abajo, escoba en mano, muchos de ellos recorrieron Conocoto, barrio del suroriente de Quito, retirando lo que dejaron los comicios.

Francisco Ortiz, vecino de la zona, dijo que estas acciones son positivas, pues las pancartas causan contaminación visual. “Nos obligan a verlos (los candidatos) todos los días”, reclamó.

Agregó que el retiro de las pancartas debería estar a cargo de las organizaciones políticas y no de las instituciones públicas. Algo que sí contempla la normativa, pero que no se cumple.

Más de 100 casos bajo lupa tras las elecciones

Durante la jornada se hallaron principalmente pancartas de la Revolución Ciudadana y Acción Democrática Nacional (ADN), aunque la AMC no precisó qué partidos ya han sido notificados para un proceso sancionatorio, sí informó que se han levantado 80 informes, solo de la segunda vuelta electoral.

“Esto es por polígonos en el territorio, esto quiere decir que un partido político puede tener más de una notificación”, explicó Gustavo Chiriboga, supervisor metropolitano. Si se confirma la infracción, después de los alegatos de las organizaciones, podrían enfrentar multas de hasta 1.880 dólares.

Tras la primera vuelta del 9 de febrero, se emitieron 30 informes técnicos. Dos casos ya tienen proceso sancionador, 16 retiraron su propaganda de forma voluntaria, y nueve más están en etapa preliminar.

Limpiar la ciudad como forma de pago

En la actividad participaron 20 personas que cumplen con trabajo comunitario el pago de las multas de infracciones como beber en espacio público o no tener licencias de funcionamientos de sus negocios. La mayoría son por lo primero.

Francisco Oña, contó a EXTRA que fue sancionado con algo más de 2.000 dólares por tener un taller mecánico sin permisos. “No tenemos dinero para pagar esa cantidad”, afirmó.

Sin embargo, también solicitó que el trámite de licencias de funcionamiento sea menos engorroso y que la autoridad facilite estos procesos. “Llevo más de un año de un lado a otro con el trámite estancado”, denunció.

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