Un mecánico que fue detenido junto a un exguardia de seguridad por el presunto secuestro de un taxista que trabaja con aplicaciones móviles fue liberado por las autoridades judiciales bajo medidas sustitutivas, pero quedó en la mira de la Policía.

El técnico automotriz aseguró durante la audiencia de formulación de cargos que él solo se había acercado “a hacer mi trabajo revisando el sistema eléctrico externo del vehículo”.

Dicho automóvil habría sido llevado a su taller por el exguardia y otro sujeto de quien se desconoce su paradero. Ellos le habrían pedido al mecánico que le desmantelara el rastreador; sin embargo, cuando este hacía su trabajo les cayeron los agentes policiales.

El hecho ocurrió la mañana del 2 de agosto. Horas antes de la detención, los supuestos secuestradores pidieron el taxi en el sector de La Roldós, en el norte de Quito con dirección al Centro Comercial Atahualpa. Antes de llegar al destino, uno de ellos sacó un arma de fuego y amenazó al conductor, mientras el otro lo sometía.

Los criminales llevaron el auto al taller del mecánico para desarmarlo y venderlo en partes. Por su fuera poco, mantenían a la víctima en el suelo del automóvil cubierto con un chompa.

Las sospechas de la Policía

El técnico automotriz dijo en la audiencia que cuando llegaron los presuntos criminales, él les habría dicho que en ese momento no podía atenderles porque tenía otros clientes y que les esperara 20 minutos. Transcurrido ese tiempo, al parecer, le volvieron a insistir y es cuando decidió revisar la parte delantera del carro.

Según la versión del mecánico, nunca observó a la víctima que se encontraba sometida dentro del vehículo y eso se le hizo raro al fiscal del caso, quien no solicitó la prisión preventiva por el delito, pero sí pidió que se lo investigara.

Se presume que el sospechoso sería parte de una red criminal que se dedicaría al desmantelamiento de carros, en el sur de la capital. El abogado del mecánico presentó unas facturas de su taller como material de descargo y que con base a eso no le dieran prisión preventiva.

Esto también le generó incertidumbre al fiscal porque las facturas constan con fechas del 26 de julio hacia atrás y no hay ninguna del día del presunto secuestro. Asimismo, la Policía se mantiene vigilando el taller para observar algún movimiento extraño. Además, buscan al otro sujeto que habría participado en el secuestro junto al exguardia de seguridad.

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