Una sombra amenaza a Valentina y la obliga a hacer cosas que no le gustan. Esa sombra es el diablo que la acecha en su propia habitación. Esa es la narrativa de una obra Valentina y la Sombra del Diablo escrita por la mexicana Verónica Maldonado en 2008, pero que refleja una dolorosa realidad de la niñez: el abuso sexual.

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La obra se presenta por primera vez en Quito con la dirección de Esteban Ruiz, artista escénico y titiritero con amplia trayectoria. “Plasmar este tipo de realidades es complicado porque es desdoblar un tema tan fuerte con buenos resultados estéticos y artísticos”, dice el director.

El estreno es hoy en el Teatro Capitol, ubicado en La Alameda, centro de Quito. No tiene costo, pero se requiere registro previo en la página del teatro para acceder a las entradas.

Muchas Valentinas, una misma lucha

Realidades como el abuso de menores no son lejanas. Ruth Montenegro, parte del elenco, interpreta a la abuelita y a una versión pequeña del diablo. Para ella, cada ensayo significa revivir su dolor.

El caso de Valentina Cosíos sacudió a Quito por la crudeza con que se manejó desde las autoridades. La niña de 11 años fue hallada muerta en su colegio. Aunque en un inicio no se dieron respuestas claras, las investigaciones determinaron que había sido abusada sexualmente y estrangulada.

Desde entonces, Ruth ha hecho de su vida una cruzada por la búsqueda de justicia. “Yo soy madre de una de las tantas Valentinas. En la obra me posiciono desde mi lugar como activista por los derechos de las infancias”, explica.

Ella también compone e interpreta las canciones del montaje. “Valentina era una hermosa flautista y cantaba. A través de lo que nos gustaba hacer, también mantengo viva su memoria”, dice.

El reto de hablar con títeres sobre abuso sexual

Abby Quito interpreta a Valentina y es además la productora de la obra, que ganó una convocatoria del Instituto de Fomento a la Creatividad e Innovación, del Ministerio de Cultura, obteniendo una beca para su realización.

“He contado otro tipo de historias vinculadas a problemáticas sociales. Este no, pero hemos aceptado el reto de ser los primeros en ponerlo en formato títeres”, comenta.

El montaje empezó en octubre de 2024 y relata el proceso que vive la niña para contar lo que le pasa y denunciar a su agresor.

Las expectativas son altas, pues el tema toca fibras muy delicadas. “La obra es fuerte, así que podemos esperar varias reacciones del público”, añade Ruiz.

En escena también participan Angélica Cázares y Guillermo Baquero, como el abuelo y el diablo.

El caso Valentina Cosíos: nueve años sin justicia

“En nueve años lo único que tenemos es impunidad. El colegio cerró, pero ahora opera en el valle de Los Chillos”, reclama Ruth Montenegro.

La última audiencia de juzgamiento por homicidio culposo se llevó a cabo en diciembre de 2024, según la madre de Valentina.

Para determinar que la niña fue agredida y que su muerte no había sido accidental, fueron necesarias tres pericias: dos autopsias y una exhumación.

Ruth ha luchado para que el caso sea reconocido como femicidio. Este 23 de junio, un día después del estreno de la obra, se cumplen nueve años desde que esta madre vio salir a su hija a la escuela por última vez.

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