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Quito: Los pescados fritos de Guacho se venden en el sur de la capital

La historia del emprendedor que ofrece productos que, en ocasiones, él mismo pesca en su natal Esmeraldas. ¿Tiene relación con el peligroso criminal?

Los pescados de Guacho se encuentran en el sur de Quito, en el sector El Pintado.
Los pescados de Guacho se encuentran en el sur de Quito, en el sector El Pintado.Karina Defas

Lo único en común que tienen el comerciante Luis Chasín y el extinto guerrillero y narcotraficante Walter Arizala, alias Guacho, es que ambos tienen ascendencia esmeraldeña. El emprendedor, dedicado a la venta de pescado frito y otras delicias de su provincia, nació en Muisne hace 29 años, mientras que el criminal era oriundo de Limones (Valdez), cabecera del cantón Eloy Alfaro.

El peligroso delincuente, líder del Frente Oliver Sinisterra, fue asesinado por el Ejército de Colombia en Nariño, la noche del 21 de diciembre de 2018. Nueve meses antes había empezado su búsqueda, tras el secuestro y ejecución de un equipo periodístico de El Comercio (ver Dato).

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Por ese motivo, el apodo de Guacho ‘sonaba’ a nivel nacional, porque no solo era rastreado a lo largo de la frontera norte, sino también en diferentes localidades, pues se temía que hubiera viajado a algún refugio. Las operaciones para dar con su paradero eran anunciadas con frecuencia por medios de comunicación y por los canales oficiales de diferentes entidades, durante el gobierno de Lenín Moreno. ¿Pero en qué se relacionaba este individuo con el joven comerciante esmeraldeño? En nada, pero aun así fue ‘bautizado’ con el mismo sobrenombre, con el que sigue siendo conocido en este 2024.

Para acompañar los platos, Guacho prepara porciones de patacones y yucas fritas.
Para acompañar los platos, Guacho prepara porciones de patacones y yucas fritas.Karina Defas

Así empezó todo

Luis recuerda que una tarde estaba jugando vóley en la cancha del sector El Pintado, en el sur de Quito, y un lugareño conocido como el Loco Fernando entró al escenario al mismo tiempo que sobre ellos pasaba un helicóptero, al parecer de las Fuerzas Armadas. Ese fue el ‘detonante’ para que le pusiera esa ‘chapa’.

“Yo estaba sentado. Justo tenía una gorra, que estaba con la visera bajada, y me dice: ‘Guacho, escóndete’. Y le digo por qué. Él me responde: ‘Porque anda un helicóptero, te anda buscando’ (se lo decía como si él fuera el peligroso criminal). Y desde ahí quedó lo de Guacho”, explica.

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Sin embargo, al inicio este apodo no fue para nada del agrado de Luis, porque hasta lo llevó a tener problemas, como discusiones o peleas, pero con el pasar del tiempo lo aceptó, porque notó que no había mala intención en las personas que empezaron a llamarlo así, porque incluso lo hacían con aprecio.

En ocasiones, Guacho realiza la pesca de su producto, porque es una actividad que aprendió en su niñez.
En ocasiones, Guacho realiza la pesca de su producto, porque es una actividad que aprendió en su niñez.Karina Defas

Su negocio propio

Al hacerse conocido como Guacho, Luis decidió nombrar así a su negocio de comidas, al que le pone la sazón y el toque de su Esmeraldas natal. Su local está ubicado al frente del sitio en el que recibió este apodo con el que ahora la gente lo conoce, la cancha de vóley de El Pintado, cerca de la esquina de las calles Antonio Jaramillo y Joaquín Tipantuña.

Luis abrió su propio local hace aproximadamente siete años, antes de que lo llamaran Guacho, y paulatinamente se ha hecho conocer no solo por la barriada, sino por personas que llegan desde diferentes sectores de Quito y del Valle de los Chillos, incluyendo exfutbolistas y políticos que, por casualidad, han probado sus platillos cuando han llegado para observar cómo juegan vóley en la zona.

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El comerciante comenta que en gran medida, su sazón se la debe a su madre, porque ella desde pequeño le inculcó el amor por la cocina tradicional de su tierra, como el pescado frito, el caldo de cangrejo, el encocado, el seco de chancho, entre otras delicias. “(Aprendí a hacer pescado) Desde que tengo uso de razón, porque mi madre me decía: Tienes que cocinar, tienes que aprender, algún rato vas a estar solo y tienes que prepararte tus cosas para que puedas comer”, recuerda Luis.

Walter Arizala, alias Guacho, fue líder guerrillero del Frente Óliver Sinisterra.
Walter Arizala, alias Guacho, fue líder guerrillero del Frente Óliver Sinisterra.Archivo

Pasó por el fútbol

El anhelo de Luis, en su niñez y adolescencia, no era ser comerciante, sino futbolista. Empezó jugando interbarriales en Esmeraldas, luego jugó en Segunda Categoría en Guayaquil y finalmente probó suerte en un equipo capitalino, pero -como él dice- las cosas no se dieron.

Fue así que para sustentarse, empezó a trabajar en un restaurante lavando platos y se esforzó hasta conseguir, con el apoyo de sus padres, abuelos y esposa, su negocio propio. Para Guacho, esta ha sido una forma de salir adelante y dejar atrás los momentos duros de su vida. “Eso me ha ayudado mucho, sobre todo para ser valiente”, comenta.

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Luis, en su niñez, también aprendió a pescar y es por eso que ahora se toma por lo menos un día a la semana para viajar a su provincia natal y conseguir el producto fresco para su local. En algunas ocasiones él mismo lo atrapa y en otras lo adquiere de pescadores artesanales, a quienes suele acompañar en sus faenas. “Esto es del mar a la mesa”, concluye Guacho, el comerciante esmeraldeño.




DATO
Asesinados durante investigación periodística


  • El periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra, de diario El Comercio, fueron secuestrados por el grupo de Guacho (el guerrillero), cuando realizaban una investigación acerca de los atentados ocurridos en la frontera norte de Ecuador por parte de grupos criminales. El 26 de marzo de 2018 fueron vistos en el territorio nacional por última vez, luego de llegar a Mataje, en San Lorenzo.
  • Luego se hizo público un video en el que pedían al presidente Lenín Moreno un intercambio para su liberación. Eso no ocurrió y el 13 de abril de ese año se confirmó, de parte del Gobierno, que no existían garantías para señalar que seguían con vida. Habían sido asesinados.
  • El 21 de junio de 2018, la Fuerza Pública de Colombia ubicó una fosa común con los cuerpos. Cuatro días después pudo ser corroborada la identidad de los tres trabajadores de El Comercio.

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