Aún conmovidos y temerosos de hablar, los vecinos del barrio La Floresta, en el centro-norte de Quito, claman por el retorno de la paz tras un hecho violento ocurrido la noche del 24 de julio de 2025. Una adolescente de 13 años quedó tendida sobre una vereda tras un intento de asalto. El video de la menor inconsciente y aparentemente herida se viralizó en redes sociales, generando alarma entre los moradores, quienes temían que haya recibido un disparo en la cabeza.

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Sin embargo, la Policía Nacional descartó esa versión. Según el parte oficial, la menor caminaba junto a su hermana por las calles Guipúzcoa y Sevilla cuando fueron interceptadas por dos hombres en moto. Los sujetos intentaron robarles y, ante la resistencia, realizaron una detonación con arma de fuego antes de huir. Durante el forcejeo, una de las jóvenes usó gas pimienta, lo que habría provocado el disparo que rozó la cabeza de la víctima, quien permanece en estado crítico en el Hospital Baca Ortiz.

Moradores del sector y personal del Cuerpo de Bomberos auxiliaron a la adolescente minutos después del hecho. Según la Policía, las jóvenes no eran del sector y estaban saliendo de algún establecimiento. El ataque ha encendido las alarmas sobre la creciente inseguridad en esta zona residencial, donde los vecinos sienten que el barrio ha cambiado drásticamente.

¿Robo de oportunidad?

Aunque el ataque ocurrió en La Floresta, los operativos de control se han desplegado en todo el circuito La Mariscal. En la última semana, los agentes han recuperado una motocicleta, decomisado dos armas de fuego y detenido a 15 personas por distintos delitos, aunque sin antecedentes penales. El jefe subrogante del distrito Eugenio Espejo, teniente coronel Cristian Proaño, señaló que se trató de un “robo de oportunidad” y pidió evitar caminar sin compañía de noche.

El oficial explicó que bandas delictivas aprovechan cualquier descuido para robar celulares, carteras o vehículos, y que el crecimiento del comercio nocturno en bares, restaurantes y discotecas ha vuelto más vulnerable a la zona. Muchas personas dejan sus autos en la calle y circulan por sitios mal iluminados y sin seguridad privada.

Esta es considera como 'roja' en cuanto a seguridad

Rocío Bastidas, coordinadora del Comité Promejoras de La Floresta, recordó que el lugar del ataque colinda con una quebrada que conecta con Guápulo, considerada peligrosa. Afirmó que este no es un hecho aislado y que la proliferación de bares disfrazados de restaurantes ha roto la armonía del barrio. Incluso presentaron una denuncia formal ante la Superintendencia de Ordenamiento Territorial para que se restituya la ordenanza que regulaba el uso del suelo.

El temor se ha intensificado tras la muerte de Zavae Noboa, un joven hallado sin vida en una quebrada de Guápulo tras salir de fiesta en La Floresta. Casos como este han incrementado la percepción de inseguridad. Comerciantes y vecinos denuncian robos frecuentes, escasa presencia policial y falta de control municipal. “Vivimos con miedo. Jamás habíamos llegado a este nivel de violencia”, lamentó una moradora que lleva más de 60 años en el sector.

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