SUSCRIBIRME POR $1/ 1 MES

Exclusivo
Quito

Una calle se hunde de a poco en el norte de Quito

En la esquina de la avenida Amazonas y calle Estocolmo, los vecinos colocaron llantas y cintas de peligro para alertar a las autoridades de una intervención urgente.

HUNDIMIENTO CALLE (9807633)
El hundimiento empezó hace dos meses, pero en los últimos días avanzó más por las intensas lluvias.HENRY LAPO

En la esquina de la avenida Amazonas y calle Estocolmo, norte de Quito, el tráfico se para levemente, pues los vehículos deben sortear un hundimiento. Tienen que frenar, poner direccionales y así evitar ese socavón de más de un metro de diámetro.

Uno de los temores de los vecinos del sector El Labrador es que con el peso del alto flujo vehicular el asfalto termine de ceder y se forme un agujero que obligue a cerrar por completo la vía.

“La Amazonas conecta con la avenida De la Prensa y la Galo Plaza. Tanto al norte como al centro”, comentó el morador César Bahamonde. Por eso prefieren un cierre parcial a quedarse incomunicados por meses.

Y, ante la situación, el ingenio de los vecinos no solo dio una solución parcial al problema, sino que puso en evidencia la falta de mantenimiento de las vías de Quito. La gente pidió a los dueños de una llantera, que funciona en esa esquina, unos neumáticos viejos y los colocaron en el área afectada. “Pusieron también las cintas amarillas para evitar que alguien se tropiece y se caiga”, dijo Antonino Chiriboga, residente del sector.

NO ES NUEVO

Según Chiriboga, la primera vez que se formó el hueco fue hace cinco años, pocos días después de que se reasfaltara la avenida. “Vinieron a rellenar el hueco, pero yo creo que es un problema de filtración del alcantarillado”.

Lucas Eduardo, también morador, concuerda con él, pues no se trata de un bache, sino del hundimiento de la calzada. “Pusimos los avisos también para llamar la atención del Municipio, porque esto ya tiene dos meses”, aseguró.

Empezó con algo casi imperceptible y en unas cuantas semanas alcanzó un tamaño considerable para que los vecinos hayan decidido ‘marcar’ el sitio.

Otro de los temores es que al hacerse cada vez más grande, y con la posibilidad de que se trate de un problema de alcantarillado, el daño sea mayor e involucre la suspensión de este servicio para el sector.

“Es ahora el momento de intervenir, después ya será algo grave”, dijo Bahamonde.

Los moradores dijeron que ya ingresaron el pedido de arreglo al cabildo, aunque no ha habido respuesta. EXTRA se comunicó con la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) por este tema, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.