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Quito

Grupo teatral busca concienciar sobre tenencia de mascotas: No abandones al ‘michi’ o al firuláis

Grupo teatral busca concienciar a los quiteños sobre tenencia responsable de mascotas. Según cifras de la Unidad de Bienestar Animal, se estima que en Quito hay al menos 770.000 perros en la calle.

Foto de Sistema Granas (9145230)
El musical fue inspirado en las mascotas que Adriana Oña, la directora, tuvo a lo largo de su vida. Se busca enseñar a los niños a ser tenedores responsables.RENE FRAGA

Solo en Quito existen al menos 770.000 perros callejeros y 550.000 gatos sin hogar, según la Unidad de Bienestar Animal (UBA). No es casual verlos deambulando por las calles.

Esta realidad no es ajena para quienes están sobre las tablas de los teatros. Adriana Oña decidió profesar su amor por los animales en un musical con cuatro cuentos que relatan la vida de sus mascotas... o de casi todas.

Como una ráfaga de recuerdos, los animalitos –representados por actrices– toman forma sobre el escenario. A través de la obra Buenas Amistades se busca concienciar a los niños sobre la tenencia responsable.

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Esta pieza fue estrenada a principios de octubre  en la Casa de la Cultura Ecuatoriana y este domingo se presentará en un teatro privado.

La historia de Robertino es la de los canes que son adoptados cuando son cachorros y tiernos, pero en cuanto crecen, son abandonados en la calle.

Este perro, arisco y tímido, es hallado por una tierna anciana –caracterizada por Adriana–. Hay conexión entre ellos. Se lo lleva a casa.

Allí, a pesar de que sus intenciones son las de tenerlo por poco tiempo, se convierte en uno más de la familia. “El perro, tan triste, me miró y no le pude decir que no”, dice la adulta mayor en el diálogo de la obra.

Pero Robertino se cansó de cumplir años y murió en los brazos de su dueña. “Todo perro es bello, sea o no sea fino”, se escucha mientras las luces del escenario se apagan.

La representación escénica continúa con las historias del conejo Ornelio, quien a pesar de sus travesuras es tratado con cariño y respeto. También, la gata Felina y el gato Marangato, este último interpretado por María Fernanda Restrepo.

Este felino fue el único que no fue adoptado de todos sus hermanos, porque era considerado feo.

En el relato se explica que el comportamiento huraño y agresivo de los animalitos es responsabilidad de los humanos, debido al maltrato y rechazo. Esto es caracterizado a través de la canción ‘Soy rebelde’ de Jeannet.

Sin embargo, no hay nada que una mano cariñosa no pueda arreglar. La anciana rescata al gato.

TENENCIA RESPONSABLE

“Este es el común denominador de los animales abandonados. A algunos los ven feos o muy flacos o muy grandes y los botan. Eso refleja la sociedad que somos”, comentó María Fernanda.

Esta problemática va en aumento, según la UBA mediante conteos de perros de la calle se estima que el aumento de esta población será del 25 % para 2023. Por lo tanto, se avizora que habrá 183 canes por kilómetro cuadrado y 131 gatos por esa misma área en Quito.

“Se convierte en un problema social porque son animales domesticados, es decir que en algún momento fueron responsabilidad de una persona”, acota Restrepo.

Foto de Sistema Granas (9145226)
María Fernanda Restrepo interpretó a un gato abandonado.RENE FRAGA

Adriana busca con este musical hacer conciencia en el público, sobre todo en los más pequeños. “Si le enseñamos a un niño cómo ser responsable con su perrito y no abandonarlo, ya habremos hecho algo en favor de los animales”.

Niños y sus padres se conmovieron con el musical. “Es una buena forma de llegar al público joven. El mensaje muy claro”, dice Sonia acompañada de su hija de 5 años.

ORDENANZA

El 5 de enero de 2021 se promulgó la ordenanza 019 desde el cabildo quiteño. Entre los objetivos están regular y controlar la fauna urbana, garantizando los principios de bienestar animal en la tenencia, crianza, evitar el maltrato, la crueldad, el sufrimiento y las deformaciones de sus características físicas.

En Quito está sancionado, por ejemplo, no proporcionar a los animales un alojamiento adecuado, sin mantenerlos en buenas condiciones físicas, psíquicas y fisiológicas; no buscar la atención veterinaria preventiva y curativa que requiera.