Los juegos sexuales en las parejas son cada vez más ocurridos, pero no por ello prohibidos y, mucho menos, dentro de una habitación, donde nadie más tiene cómo o por qué enterarse de lo que ocurre entre los amantes en cuestión.

Sin embargo, para algunos no siempre las cosas salen bien. Es por ejemplo lo que ocurrió en Gales del Norte con Warren Martin Coulton, de 52 años, quien ató a Claire Wright, de 38, en un albergue de lujo durante una sesión llena de alcohol y drogas. Todo iba como ellos querían, hasta que la mujer se asfixió después de que él se durmiera, mientras ella todavía estaba inmovilizada con un calcetín en la boca, según informaron NorthWalesLive y el Daily Star.

El hombre se despertó y la encontró muerta, pero huyó de la escena en Herons Lake Retreat cerca de Caerwys en Flintshire, Gales del Norte. El personal encontró su cuerpo en una cama el 16 de julio de 2018. Más tarde se determinó que había muerto de asfixia.

Coulton, de Baildon cerca de Bradford, West Yorkshire, fue condenado este miércoles 5 de mayo por homicidio involuntario por negligencia grave.

Los fiscales argumentaron que había cometido un incumplimiento de su deber de cuidado hacia su pareja de cinco años. Dijeron que era tan “excepcionalmente malo” que merecía una “sanción penal”.

Los 'juguetes' que había utilizado

Caroline Rees QC, acusadora, dijo que la pareja llevó lo que Coulton llamó “juguetes” al resort para sesiones de bondage. Esto incluyó corbatas, burocracia, cinta blanca y guantes.

Dijo que Coulton, gerente de operaciones de un negocio de limpieza de ventanas y oficinas, era el socio “dominante”.

El juez, el juez Simon Picken, dijo que aunque tenía un calcetín dentro de la boca durante el incidente fatal, había dudas sobre si había sido pegado con cinta adhesiva.

Él dijo: “De cualquier manera, fuiste negligente y groseramente.