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Extorsiones y secuestros pusieron sus garras sobre el comercio en Babahoyo y Quevedo

En Babahoyo, capital de Los Ríos, los propietarios de comercios siguen a merced de los extorsionadores. Por la inseguridad, ya ni los clientes acuden

Babahoyo comercio
La actividad comercial ha disminuido y se cree que fue por las primeras extorsiones con atentados.TOF / EXTRA

Salir de compras parece no ser una buena opción en Babahoyo. Debido a la inseguridad y los altos niveles de violencia pocos clientes llegan hasta las diferentes tiendas y locales en la zona comercial de la ciudad capital de la provincia de Los Ríos.

En unos establecimientos de venta de ropa en la calle Calderón, zona céntrica, es casi tímido el: “Venga amiga, pregunte sin compromiso, qué le damos”. Entre ciertos vendedores y dueños es evidente el desánimo por la disminución de clientes. 

En las tradicionales barracas (puestos de venta de artículos varios) que se instalan en la ciudad durante las fiestas patronales también es poca la concurrencia de personas.

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Anteriormente, por la zona de la feria que se instala en las calles Calderón, Bolívar y Sucre, desde la Vargas Machuca hasta la Custodio Sánchez, era dificultoso caminar por la proliferación de comerciantes y usuarios. Este año no hubo aquella afluencia de público e incluso algunos comerciantes ni siquiera se ubicaron en los espacios asignados.

Paralelamente hubo otra feria en la avenida 10 de Agosto, pero en las inmediaciones de uno de los ingresos se cometió un crimen que dejó un herido colateral y eso también hizo que la clientela se ausentara.

Debido a la poca afluencia por la inseguridad, quienes se dedican a la actividad comercial ‘se comen la camisa’ y tratan de sobrevivir con lo poco que les ingresa y, de paso, algunos deben enfrentar a quienes llegan a pedirles dinero, los ‘vacunadores’.

“Las ganancias han disminuido en un 80 %, entonces de dónde le van a sacar más dinero a un comerciante. Por eso es que cuando llegan los extorsionadores, algunos compañeros dicen: ‘mátenme, porque si no hay venta no hay plata’. Y eso es cierto”, señala Marcos Carbo Mora, presidente de la Asociación 17 de Enero que agrupa a pequeños, medianos y grandes comerciantes de la ciudad fluminense.

Babahoyo inseguridad
Al caer la tarde, muchos locales comerciales cierran puertas por temor a la delincuencia.TOF / EXTRA

Comerciantes consultados por Diario EXTRA refieren que la extorsión disfrazada de ‘seguridad’ no ha desaparecido en el cantón Babahoyo, sino que ha cambiado la forma en cómo la aplican. Carbo Mora sostiene que las víctimas ya no quieren hablar y prefieren llegar a un acuerdo con estos grupos dedicados a la extorsión. Pero hay quienes sufren en silencio. “Algunos comerciantes pagan su ‘vacuna’ mensual, pero no lo dicen por temor”, explica.

Sergio (nombre protegido) tiene su comercio en la calle Calderón y narra que hace un mes llegaron cuatro sujetos a exigirle el pago de una mensualidad. “Lo que hice fue decirles que lo poco que se gana es para medio comer y si querían hacerme algo, pues adelante, porque no tengo dinero. Gracias a Dios sigo aquí y no han vuelto”, expresa el hombre. 

Extorsiones a locales pequeños

Erika Alvarado, líder de la Agrupación de Bares, Restaurantes y Comercios de Babahoyo (Abreco), asegura que las extorsiones han disminuido notablemente hacia los negocios medianamente conocidos, pero que las víctimas siguen siendo los pequeños comerciantes y repartidores de la localidad.

“De nuestro análisis empírico que hemos hecho, creemos que el tema de las ‘vacunas’ ya no les resulta en locales establecidos y se están yendo hacia los minoristas”, indica la empresaria. Las dos últimas semanas de septiembre, en Babahoyo se establecieron las tradicionales barracas, pero a diferencia de años anteriores esta vez no fueron sometidos a pagar un monto a cambio de resguardo, agrega Alvarado. 

Babahoyo inseguridad
Locales pequeños ubicados no solo en el centro de la ciudad sino en otras periferias, también son víctimas de las extorsiones.TOF / EXTRA

Sin embargo, el propietario de uno de los juegos mecánicos revela que sujetos desconocidos llegan a pedir boletos y de vez en cuando le han solicitado dinero. Por ello, algunos comerciantes habrían preferido retirarse antes de que concluya el tiempo permitido.

"De alguna manera 'normalizamos' el delito y ya no es una situación que nos espanta". Erika Alvarado, principal de la Agrupación de Bares, Restaurantes y Comercios de Babahoyo (Abreco).

La dirigente de Abreco asegura que el cantón no está libre de las ‘vacunas’, pero reconoce que han disminuido. No obstante, aún hay empresarios que reciben llamadas y mensajes de números que provienen de Chone, Manabí. “Lo que hacemos es tratar de ‘curar en sano’ y cambiar de número para cortar la comunicación”, explica Alvarado.

Secuestros de personas, otra amenaza

Si en Babahoyo el comercio está como en ‘pausa’, en Quevedo, otra de las ciudades donde la actividad bullía, ahora parece apagarse. Los frecuentes asaltos, robos y amenazas han generado que algunos locales y emprendimientos cierren sus puertas.

María Elena Burneo, lojana radicada por más de 30 años en la urbe quevedeña, dice que a lo largo de este año ha luchado a ‘capa y espada’ ante el hampa. Ella es una de las pocas personas que se atreven a trabajar en horario nocturno en su establecimiento de karaoke. Lo hace siempre ‘mosca’ con la clientela que llega.

Foto de Sistema Granasa (8)
En Quevedo, algunos dueños de negocios se resisten a cerrar, pese a los riesgos ante los extorsionadores.Daniel Vite / EXTRA

Para esta comerciante, la falta de seguridad está haciendo que los negocios ‘se mueran’. Burneo explica que antes contaba con dos personas que atendían su local, pero ahora, por la falta de ingresos, ella mismo es quien lo atiende.

El presidente de la Cámara de Comercio de Quevedo, Marco Franco, indica que alrededor de 258 negocios y microempresas dejaron de funcionar en lo que va de 2023. Esto representa el 30% de los negocios registrados, un promedio de 863. Franco revela que locales que tenían más de 15 años funcionando han cerrado o sus dueños optaron por modificarlos.

258 negocios dejaron de funcionar en la ciudad de Quevedo durante este año, víctimas de la inseguridad.

Según el directivo, por la extorsión y los problemas de inseguridad que se registran desde hace más de una década, dueños de ciertos establecimientos se trasladaron a otras ciudades o provincias y algunos optaron por emigrar a otro país.

Además de los asaltos, entre comerciantes y la misma población hay temor por el secuestro a personas a cambio de un pago. Entre los taxistas sienten latente este problema. Según un dirigente, muchos de los choferes han sido víctimas de secuestros y robos, y por eso la gran mayoría evita hacer carreras hacia otras localidades

Aseguran que los delincuentes obtienen información y les dicen que si denuncian les pueden volver a hacer daño. Por eso prefieren guardar silencio y procuran el anonimato. La fiscal provincial de Los Ríos, Karina Guanopatín, expresa que en la ciudad de Quevedo este año hay 71 casos de denuncias por secuestros y un total de 113 en la provincia.

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