El fallecimiento de un recién nacido, después de la ceremonia de su bautismo conmovió a Rumania, donde la gente se moviliza  a través de las redes sociales para que la iglesia ortodoxa modifique el ritual, considerado de alto riesgo.

“La muerte de un recién nacido a causa de esta práctica es una gran tragedia. Este riesgo hay que descartarlo para que triunfe la alegría del bautismo”, escribieron los iniciadores de una petición en línea, que este jueves 4 de febrero ya sumaba más de 56.000 firmas.

El niño de 6 meses de edad murió en el hospital el lunes, poco después de ser bautizado en una iglesia de Suceava (noreste). Cumpliendo con el ritual ortodoxo, el infante fue sumergido tres veces en el agua bendita a pesar de que lloraba mucho.

El bebé sufrió un paro cardíaco, fue trasladado de urgencia al hospital pero falleció unas horas después.

Hallan líquido en sus pulmones

La autopsia reveló la presencia de un “líquido” en sus pulmones y la fiscalía abrió una investigación por “homicidio” contra el sacerdote que ofició el bautismo.

Desacuerdos

Ante las críticas, el portavoz de la Iglesia Ortodoxa,Vasile Banescu, dijo que los sacerdotes podrían simplemente verter un poco de agua en la frente del bebé para evitar tales tragedias.

Pero el arzobispo Teodosia, líder del ala dura dentro de la Iglesia, afirmó que este “ritual no cambiará”. AFP