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En Ecuador, seis de cada 10 adultos tienen sobrepeso

En noviembre se conmemora el mes de la lucha contra la obesidad. EXTRA preparó algunas recomendaciones para tener una vida saludable.

Liliana Sarzosa pesa más de 80 kilos. Su diagnóstico la ubica en la población que tiene problemas de obesidad y, a pesar que lucha para que su dieta sea la más saludable, reducir su talla se ha vuelto un reto: asegura que su metabolismo no es el mismo que hace unos 20 años. Ahora tiene 55, pero el peso la inhabilita y las actividades físicas que podría hacer a su edad son solamente una utopía.

En noviembre se conmemora la lucha contra una de las patologías que, según la Organización Mundial de Salud (OMS), cobra cada año 2.8 millones de vidas alrededor de el mundo: la obesidad. La Encuesta Nacional de Salud (2011-2013) registra que en Ecuador tres de cada 10 niños en edad escolar sufren esta patología; dos de cada 10 adolescentes y seis de cada 10 adultos tienen sobrepeso u obesidad. Además, desde 1986 hasta 2012, el sobrepeso en este país se incrementó 104 %.

Aparentemente, esta problemática se produce debido a la mala nutrición. En el mundo, 1.900 millones de personas padecen de obesidad y sobrepeso. Pero existe un factor común entre estas personas: el sedentarismo. Eso quiere decir que no hacen ejercicio y se mantienen estáticas, a pesar de los alimentos que ingieren. Liliana, por ejemplo, es ama de casa y, aunque su trabajo implica jornadas duras de limpieza, no consigue perder peso.

Según Susan Bowerman, directora de Entrenamiento y Nutrición de Herbalife, la obesidad y el sobrepeso se derivan de un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las utilizadas. Esto se ve impactado por factores ambientales como acceso a medios de transporte que no requieren movilizarse, trabajos donde la persona permanece mucho tiempo sentada o de pie y un estilo de vida donde el ejercicio no es una prioridad.

La especialista manifiesta que existen claves que, al aplicarlas día a día, pueden ayudar a disminuir el riesgo de ver la balanza aumentar sin control, y como consecuencia tener serios problemas de salud. Por ejemplo:

* Mantenerse activo: realizar ejercicio de moderada intensidad al menos tres o cuatro horas por semana. No importa si es caminar, trotar, nadar, andar en bicicleta, o bailar, lo importante es moverse. Y, aunque lo ideal son tres o cuatro horas, todo movimiento importa, así que actividades tan sencillas como subir gradas, parquear el carro más lejos y caminar, ayudará a mantener un estilo de vida activo para prevenir la obesidad.

* Llevar una dieta sana y balanceada: incorporar todos los grupos de alimentos en cantidades moderadas y distribuidas en los cinco tiempos de comida durante el día permitirá no crear desbalances y tener una nutrición óptima. Se deben incluir carbohidratos, frutas, verduras, lácteos, proteínas y grasas.

* Hidratación: es necesario darle al cuerpo la cantidad de líquido que necesita. Puede ser a través de jugo, agua, leche, batidos, te, café... Beber, además de mantenerle hidratado, permite evitar confundir la sed con hambre.