¡Se arrodillaron para pedir que paren los sismos!

Redacción Guayaquil
No pudieron ‘pegar ni un ojo’. El sismo ocurrido la madrugada de ayer también mantuvo en vela a los guayaquileños, cuando recién la calma llegaba a sus hogares.
Carlota Mestanza estaba sentada afuera de su domicilio, ubicado en la intersección de las calles Cuenca y Villavicencio. Dijo que cuando todo empezó a moverse, su primera reacción fue la de “salir corriendo” junto a su familia, pero mantuvo la calma.
Para Fabián Mestanza, las situación fue peor. La casa donde reside junto a su familia fue declarada insegura con el terremoto del 16 de abril. A pesar de la advertencia, continuó habitando el inmueble, ubicado en las calles Febres Cordero entre Villavicencio y 6 de Marzo. El hombre se llevó tremendo susto con el remezón de la madrugada, pero para su suerte, no pasó de allí.
Álex Restrepo, quien llegó al país desde su natal Colombia está ‘paniqueado’ con las dos réplicas más fuertes que se sintieron ayer en el Puerto Principal.
El extranjero está albergado en una hotel del centro de la ciudad y mencionó que está pensando en regresar a su país, por temor a las réplicas.
Cuando la calma otra vez llegaba a los habitantes de la urbe porteña, el sismo de las 11:57 volvió a causar alarma y paralizó las actividades en instituciones educativas, entidades públicas y privadas.
El terror se apoderó de quienes transitaban por las calles. Varias mujeres se arrodillaron para rezar y pedir que las réplicas no causen más desgracias en el país.
Sonia Yánez, que labora en un local de fotocopiadoras de un edificio de la avenida 9 de Octubre, vio cómo los oficinistas bajaban para buscar lugares seguros en lqs calles.
(EAR/VCH)