Exclusivo
Actualidad

¡Se ha perdido casi todo, hasta la esperanza!

Álvaro Tumbaco, Milagro (Guayas)
Desolado, con la mirada perdida en el agua y lleno de indignación, Jaiton Baque estaba sentado sobre un muro de lastre, frente a lo que debería ser la avenida principal de su sector, que hoy luce como un océano.
Baque, uno de los cientos de damnificados del sector oeste de Milagro, se siente derrotado. Lo ha perdido casi todo. Su camiseta de Barcelona y sus zapatillas de andar en casa son algunas de las pocas cosas que lo acompañan. El resto: cocina, refrigeradora, televisor, ropa, comedor, su cama y hasta su colchón, absolutamente todo, está perdido.
“Solo me queda volver a comenzar”, menciona Baque, quien se dedica al comercio informal. El viernes fue el peor día de su existencia, porque salió de su casa a las 6 de la mañana con el agua hasta sus rodillas y al regresar, a las 15:00, esta ya había superado el nivel del piso de su casa de caña, dañando así todos sus enseres.