Los familiares de Rony Vega durmieron en la morgue de la capital. Estaban cansados y solo querían retirar los restos del joven.

El chico murió de un paro cardíaco la noche del lunes 26 de abril en el Hospital Eugenio Espejo, en el centro norte de Quito. Estuvo internado en cuidados intensivos desde el 21 de julio cuando fue derivado desde una casa de salud de Esmeraldas.

Allá no lo pudieron atender porque las áreas donde hacían cirugías estaban copadas. Vega necesitaba que le sacaran una bala que se alojó en su cráneo, luego de que dos sujetos lo atacaran.

Mercedes Ariaga, madre de la víctima, contó que el joven, de 24 años, era taxista. La noche del 19 de julio salió para hacer una carrera y no volvió.

Al día siguiente, la señora recibió una llamada telefónica de la Policía en la que le informaron que Vega habría sufrido un asalto. Según el informe policial, los sospechosos que viajaban en el taxi lo neutralizaron en una vía de segundo orden, lo amarraron y luego de arrojarlo en un terreno baldío le dispararon en la cabeza. Además, se llevaron su carro.

La víctima fue llevada a una casa de salud de Esmeraldas, pero no pudieron operarla. Por eso lo derivaron a la capital, en donde murió luego de agonizar por seis días. 

Luego del atentado, la Policía realizó un operativo por el sector y dio con el paradero de los dos sospechosos, quienes tienen 19 y 20 años. Ambos recibieron prisión preventiva y según las primeras indagaciones formarían parte de una organización delictiva.