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“Su piel se me quedó en la mano”

Durán (Guayas)
El dolor era total entre varios de los integrantes de las familias Caín Morocho, Caín Muyulema, Muyulema Cando y Chunga Morocho, en total 17 personas, quienes perdieron todo al incendiarse las dos casitas donde vivían, en la cooperativa San Gregorio, en el cantón Durán.
El fuego se llevó a una niña de seis meses de nacida.
Al pie de los escombros, María Quispi, con esa mezcla de rabia y dolor, contó que mientras sus cosas y sus parientes se quemaban, ‘amigos de lo ajeno’ trataron de aprovecharse y robarle lo que procuraron rescatar.
Según ella, el siniestro se habría originado luego de un apagón. “Como se fue la luz, uno de ellos ha prendido una vela y se fue a bañar. Parece que se han olvidado, se ha caído la vela y ahí empezó el incendio”, relató Juana Quishpilema, familiar de los damnificados.
Fue terrible. “Mi sobrino salió todo quemado. Pensé que estaba mojado. Él pedía ayuda, yo le toqué y su piel se me quedó en la mano”, narró María y no pudo contener el llanto. También vio a otro quemado y apenas pudo pedir auxilio a unos policías para que lo lleven al hospital.
Sentada en una silla, otra afectada, Rosario Morocho, trataba de entender la tragedia. Ella apenas tiene siete días de haber alumbrado a su segundo bebé y pudieron salir ilesos de las llamas.