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Sus piernas quedaron atrapadas entre elevador y la pared

Anny Bazán, Guayaquil
Lo que el mayor Jorge Montenegro, jefe de la División Especializada en Rescate, vio la tarde de ayer, parecía sacado de una película de terror.
Aproximadamente a las 15:15, las piernas de Óscar Esparza, de 53 años, quedaron atrapadas entre la pared y ascensor de un edificio ubicado en las calles Córdova entre P. Icaza y 9 de Octubre, en centro de Guayaquil.
Las extremidades quedaron afuera de las puertas del elevador, mientras que su cuerpo quedó dentro del cubículo. Los gritos desesperados del hombre que clamaba por ayuda se escucharon en los siete pisos de la edificación y alarmó a quienes estaban allí, pues temían que el artefacto le arrancara las piernas.
Afortunadamente llegaron los Bomberos a socorrer a la desesperada víctima, que no dejaba de repetir que lo sacaran, “que sus piernas estaban rotas”. El hombre vivió casi una hora y cuarenta minutos de terror, atrapado en el ascensor.
El mayor Montenegro detalló que el hombre “estaba sentado en el suelo, entre el mezanine y el primer piso. El caballero, se mostraba desesperado”, mencionó el rescatista.
Ellos tuvieron que ingresar por la parte de arriba de la estructura y una vez dentro, hablaron con el afectado para pedirle que mantenga la calma y que colabore.