Desde que Zoila Monserrate se enteró de que el negocio donde trabajaba su esposo, Pablo César Burgos Bernita, estaba siendo ‘vacunado’, le pidió que dejara de trabajar en ese lugar. Temía que algo le pudiera ocurrir.

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La mañana del sábado 24 de febrero, Burgos,  de 49 años y quien será sepultado hoy, recibió dos tiros en la cabeza que acabaron con su vida de manera inmediata.

Los extorsionadores exigen $ 1.000 al dueño del local de venta de materiales de construcción, ubicado en La Casuarina, noroeste porteño. Este es el tercer atentado, del cual es objeto este negocio.

La viuda recordó que en repetidas ocasiones le había dicho  a su esposo y padre de sus tres hijas, un de ella menor edad, que dejara ese trabajo, ya que presentía que algo malo le podía ocurrir en cualquier momento.

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 "Le dije:  'Negrito, busca otra cosa, mira que ya dos veces los han atacado, te puede pasar algo', no me hizo caso. Él era muy trabajador y le gustaba llegar temprano para no tener problemas con su jefe", recordó Zoila, mientras en los exteriores del Laboratorio de Criminalistica aguardaba por el cadáver de su amado.

El crimen de Burgos quedó registrado en cámaras de seguridad en la grabacion el momento en que un sujeto camina hacia el interior del negocio y le propina los dos disparos.

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