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¡Tras el ‘adoquinazo’, torta y flores para la agente!

Ariana Almeida Martínez, Quito
Con la voz entrecortada, Jéssica Solís, miembro de la Policía, recibió las disculpas de cuatro estudiantes del colegio Montúfar  la mañana de ayer. La uniformada acogió a los jóvenes en su domicilio, ubicado en el sector de La Gatazo, sur de la urbe.
Los muchachos llevaban en sus manos una ‘ofrenda de paz’ (flores y un pastel).
El pasado 15 de febrero, los alumnos de ese plantel efectuaron una protesta por la reubicación de varios profesores. Solís recuerda que aquel día salió a cumplir sus labores con entusiasmo. Pero, en la manifestación, ella fue víctima de una agresión, supuestamente causada por parte de los colegiales.  
“Recibí el impacto de un basurero en el costado izquierdo. Perdí estabilidad y empezaron a golpearme con unos adoquines. Ahí caí inconsciente”, recordó la mujer, de 24 años.