El reciente traslado de Daniel Salcedo al Centro de Rehabilitación Social (CRS) de Riobamba, desde La Roca (Guayaquil), ha encendido las alarmas entre la ciudadanía. No solo por el perfil del interno, implicado en una de las tramas de corrupción más sonadas del país, sino también por el lugar elegido para su reclusión: una cárcel que, hace apenas un año, fue escenario de una fuga que evidenció graves fallas de seguridad.

La llegada del procesado ocurre en un contexto especialmente sensible. Muchos recuerdan que, en 2024, desde este mismo centro penitenciario, se fugó Fabricio Colón Pico, cabecilla de una organización criminal junto a 31 presos

Aunque la mayoría fueron recapturados posteriormente, la fuga expuso serias debilidades en los protocolos de seguridad, que, a juicio de la población, aún no han sido corregidas del todo.

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A diferencia de otros traslados de alto perfil, este se realizó sin información pública clara. Así mismo se sabe que su hermano Noe, también fue trasladado hace varios meses a este mismo centro. Las autoridades competentes no ofrecieron detalles sobre los motivos ni sobre las condiciones en las que se ejecutó el cambio de centro. Tampoco se ha confirmado si existe una estrategia definida para evitar nuevos incidentes.

Falta de información oficial sobre traslado de Daniel Salcedo

Este vacío informativo ha alimentado la desconfianza. Vecinos del sector y ciudadanos en general cuestionan por qué un personaje de esa relevancia ha sido enviado a un penal con antecedentes tan delicados. El silencio de las instituciones, inmersas actualmente en procesos de rendición de cuentas, no hace sino profundizar la preocupación ciudadana.

A esta inquietud se suma el impacto cotidiano en la vida del sector. Desde hace meses, el acceso al CRS ha estado restringido por cercos militares y retenes que dificultan la circulación. Comerciantes, vecinos, transporte escolar y servicios de emergencia se ven afectados diariamente.

Recién el pasado viernes, luego de la reunión del Consejo de Seguridad se habilitó una vía alterna para aliviar el tránsito, tras constantes pedidos de la comunidad. Sin embargo, el malestar continúa. A los problemas de movilidad se añade ahora el temor de que se repita un hecho como el de Colón Pico y que Riobamba vuelva a quedar expuesta ante una posible crisis de seguridad.

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“Aquí vivimos con zozobra. Desde que se fugaron esos presos, todavía recordamos los destrozos. Ventanales rotos, disparos. Desde ahí ya no es igual. Hay militares por todos lados, pero eso no nos da tranquilidad. Nadie informa nada, y ahora traen a otro con antecedentes graves. ¿Qué esperan, que vuelva a pasar lo mismo?”, expresa doña Rosa Quishpe, vecina del sector La Victoria, cuyos predios colindan con el CRS.

Cuestionamientos ciudadanos sobre traslado de Daniel Salcedo

La ciudadanía exige respuestas claras: ¿se han reforzado efectivamente las medidas de seguridad?, ¿por qué no se comunicó con transparencia este traslado?, ¿cómo se está preparando el centro para evitar nuevos riesgos?

Más allá del nombre del recluso, lo que inquieta es el precedente. Riobamba ha vivido una fuga que dejó huellas, y ahora observa cómo se repite el patrón de decisiones sin consulta, sin información clara y sin garantías firmes.

Este medio solicitó información al SNAI. La entidad indicó que las consultas debían realizarse por correo electrónico. Hasta el cierre de esta edición, no se recibió respuesta. Mientras tanto, el silencio institucional persiste. 

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