El Tren de Aragua, considerado uno de los grupos delictivos más poderosos de América Latina, ha fortalecido su presencia en la región, a pesar de los esfuerzos represivos de Estados Unidos y El Salvador. Esta organización criminal, originaria de Venezuela, ha logrado expandirse y consolidar su poder a través del control territorial y la involucración en actividades ilícitas diversas.

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Desde el inicio de su lucha contra el crimen organizado, los gobiernos de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, y de El Salvador, con Nayib Bukele al mando, han tomado medidas drásticas para frenar las actividades del Tren de Aragua. En marzo de 2025, un contingente de 238 presuntos miembros de la banda fue enviado desde Estados Unidos para ser encarcelados en El Salvador, en un centro de máxima seguridad destinado a terroristas. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el Tren de Aragua continúa operando con impunidad en varios países de América Latina.

El Tren de Aragua y su modus operandi

Douglas Farah, asesor senior sobre Crimen Transnacional en la Fundación Taeda, expuso durante la Conferencia de Seguridad Hemisférica, organizada por la Universidad Internacional de Florida, cómo el Tren de Aragua ha utilizado la migración irregular venezolana como uno de sus canales de expansión. A medida que los migrantes se desplazan a través de América Latina, la banda cobra peaje y recluta nuevos miembros, consolidando su poder en el territorio.

El Tren de Aragua no se dedica únicamente al narcotráfico, sino que ha diversificado sus actividades delictivas, incluyendo la prostitución, el tráfico de armas, el tráfico de personas y, por supuesto, las drogas. Según Farah, esta organización tiene un enfoque en el control territorial, y se beneficia de todo tipo de actividades ilícitas. Además, el Tren de Aragua ha establecido conexiones con bandas locales en varios países, como en Chile, donde se vincula con "Los Gallegos" y "Los Piratas", involucrándose en el tráfico de drogas, explotación sexual y asesinatos.

El papel de las cárceles y la extorsión en el crecimiento del Tren de Aragua

El Tren de Aragua también ha aprovechado las cárceles en América Latina como centros de reclutamiento. Según Pablo Zeballos, senior advisor de la Fundación Taeda, la organización criminal se expande dentro de las prisiones, donde las lógicas de poder están fuera del control estatal. Este fenómeno, que no es exclusivo de Venezuela, también se observa en Brasil y Centroamérica, y contribuye al crecimiento de bandas criminales en toda la región.

Zeballos también destacó la importancia de la extorsión, un mercado ilícito que ha permitido al Tren de Aragua ampliar su estructura criminal. La extorsión, según Zeballos, es un fenómeno poco estudiado en América Latina, pero juega un papel crucial en el crecimiento de estas organizaciones.

Propuestas para enfrentar al Tren de Aragua

Durante la conferencia, Eduardo Gamarra, director asociado del Jack Gordon Institute (FIU), sugirió la creación de un tribunal internacional para abordar de manera más efectiva los delitos trasnacionales cometidos por el Tren de Aragua. Gamarra propuso una colaboración regional para implementar un proceso penal que permita juzgar a los responsables de las actividades criminales de la banda a nivel hemisférico, respetando los derechos humanos y los tratados internacionales.

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