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Usuarios se quejan de falencias en las nuevas unidades

La preocupación inicial, surgida a mediados del mes pasado, sobre si los nuevos biarticualdos integrados al Corredor Central Trolebús podrían dar vuelta en las estrechas calles del Centro Histórico de la capital, pasaron a último plano hoy, lunes 11 de julio, cuando empezaron a funcionar, oficialmente, las unidades dentro de la ruta del Trole.
Durante el día solo tres de los cinco buses hicieron el recorrido dentro del circuito C1, en una suerte de período de prueba, en el que miembros de servicio al cliente de la Empresa Pública de Transporte tomaron nota de las novedades, posibles mejores y requerimientos de los usuarios en cada unidad, antes de que los otros dos buses se sumen a los recorridos a lo largo de esta semana.
A la hora en la que EXTRA hizo un recorrido desde el centro norte de la urbe hacia el sur y luego de vuelta al sector de la Y, en el norte, dentro de uno de estos biarticulados, la hora pico (de 06:30 a 09:00) ya había pasado, lo que dio espacio a que se pueda notar cómo estaban funcionando en el día de su 'estreno', los flamantes automotores.
"Ahora ya no hay que decir: ¡cuidado los bolsillos! sino ¡cuidado el hueco!", expresó Nelson Caiza, refiriéndose al espacio que queda entre las puertas de los buses y las paradas a las que llegan, que ocasiona malestar en los usuarios, sobre todo los de avanzada edad por el potencial peligro al que son sometidos. "Si se fijan, verán que todos debemos dar un salto casi olímpico para no caer entre el bus y la parada, eso es peligroso y no creo que quieran causar accidentes", aseguró el pasajero.
Mientras avanzaba el Trole, con capacidad para 250 personas, la diferencia entre las unidades antiguas y estas, fue casi imperceptible para quienes se trasladaban en ellas. "Siguen subiendo vendedores ambulantes, que luchan con los pasajeros para entrar primero, casi no hay flujo de aire y el tiempo de recorrido sigue siendo el mismo, lo que hace que todos 'batallemos' por un puesto en las entradas", manifestó Luis Zuñiga, comerciante independiente que se subió al bus en la parada de San Blas.
Para él, esto sumado a que el biarticulado no se detiene en todas las paradas y que además si lo hace, en la mayoría solo abre las tres puertas de adelante, crea incomodidad en quienes pagan un pasaje para subirse.
Los pasajeros más jóvenes, que habían escuchado sobre la posibilidad de usar wi-fi gratis en los buses y paradas, además de poder cargar la batería de sus dispositivos, se encontraron con la sorpresa de que tenían que seguir "sin datos" porque el Internet aún no está habilitado. Paola Revelo, agente de Servicio al Cliente, aseguró que estos motivos son el porqué de su presencia y la de sus compañeros en los buses. "Hoy estamos observando lo que suceda y prestando la información y asistencia que requieran los pasajeros hasta que se acoplen los otros dos buses al circuito y poderles prestar el mejor servicio", manifestó.
Mientras se corrigen posibles errores y recolectan dudas o novedades, Quito y sus habitantes se acoplan al uso de los cinco buses, que miden 27 metros de longitud y cuenta con dispositivos computarizados, cámaras de video, pantallas LED, asientos preferenciales, espacios para personas con discapacidad, puertos USB, sistemas de ventilación y zonas de seguridad, entre otros servicios. La llegada de otras 75 unidades se espera en los próximos meses, mientras tanto continúan los trabajos en las paradas. (JP)