¡Puñetiza en la cama por no querer nada!

El rostro y el cuerpo de Mercedes (nombre protegido) estaban tan golpeados que no podía hablar, ni caminar.

Su madre no solo era su apoyo emocional, sino también el bastón que la ayudaba a transitar por los pasillos de la Unidad de Delitos Flagrantes de la Fiscalía del Guayas, donde la mañana del 30 de junio acudió para acusar a su conviviente de agresión.

El hecho ocurrió a las 03:00, en el sur de Guayaquil. Según la mamá de la afectada, su hija se encontraba en el domicilio de su padre descansando, cuando su pareja fue a buscarla para conversar.

El hombre la habría convencido para que juntos vayan a la vivienda a platicar. Sin embargo, cuando llegaron a la casa el hombre le propuso a la joven ir ‘un poco más allá’ y arreglar sus problemas en la cama.

Pero la joven, de 23 años, le manifestó a su pareja que no deseaba mantener relaciones sexuales. Le dijo que solo quería descansar y que se iba a acostar a dormir.

Esto habría enfurecido a su conviviente, por lo que la tomó del cabello y a golpes la sacó de la cama.

“Él tenía un anillo en su mano y con eso me hirió en el rostro. Luego me tiró al piso y me pateó en el cuerpo”, comentó con voz entrecortada la mujer agredida.

Poco después, ya cuando dejó de ser agredida, la joven, en medio del dolor que sentía por los golpes que tenía en su cuerpo, llamó por teléfono a su padre, quien arribó junto con la Policía.

“Cuando el papá llegó, ya él había recogido sus cosas y huido. No sabemos dónde se encuentra”, explicó la madre de la mujer.

Contó que su hija y su pareja tenían seis meses de relación sentimental y que no era la primera vez que la agredía. “Pero esta vez se le fue la mano”, sostuvo.

La progenitora explicó que su hija tiene un niño de tres años, pero que desde que su hija se hizo de compromiso, el niño vive con ella.

(AEB)

Incapacidad

Luego de la valoración médica, el especialista de la Unidad de Flagrancia de la Fiscalía le otorgó 15 días de descanso a la afectada.