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¡Volaron los techos y hasta un perrito!

Ariana Almeida Martínez, Quito
La tarde del martes pasado, una espiral en el cielo anticipó la tragedia. Cristina Pizarro recogía la ropa del tendedero cuando notó que se aproximaba una tormenta.
La mujer y su hijo, de 10 años, se apresuraron para entrar a la vivienda ubicada en el barrio Buenaventura, al sur de Quito. En el interior, sus mellizos recién nacidos la esperaban.
“La bebé empezó a llorar. Yo iba a servir el almuerzo, pero mi hijo me dijo que atendiera primero a su ‘ñañita’. Entonces empezó todo”, recordó Pizarro.
En 10 minutos, el vendaval se tomó el inmueble y desprendió el techo. Inmediatamente, la lluvia inundó las habitaciones y destruyó electrodomésticos, muebles y ropa.