Volvieron a reservar agua en las ollas

Redacción Guayaquil
“¡Se fue el agua otra vez!”, fue el grito de las madres en varios sectores de la ciudad por el nuevo corte del servicio de agua de ayer.
En casa de la familia Ceballos, en una urbanización del norte de Guayaquil, la nueva suspensión dejó a la ama de casa con el almuerzo a medio cocinar para el hijo que se iba a clases en la tarde.
El corte también causó malestar a otra mamá y sus hijas, que viven en la ciudadela Las Acacias. Al salir temprano a su trabajo tenía agua, pero al regresar, después de las doce del día, no contaba con el servicio.
Sin embargo hubo otras madres mayores que desde la madrugada aprovecharon que habían restablecido el servicio y llenaron sus cisternas, tanques y otros recipientes, por si de nuevo se suspendía el suministro, como así ocurrió.
Eso le funcionó a doña María Quiñónez, habitante del suburbio que abrió la llave y llenó su tanque de mil litros. Ella siempre tiene su reserva porque anteriormente en la ciudad había deficiencia del servicio y muchas familias se acostumbraron a contar con un reservorio.
En la isla Trinitaria, Victoria Abarca se aprovisionó en sus ollas grandes. Ella con su madre Leonor no pasaron mayores problemas porque cuentan con un tanque en el techo de su casa, con el cual se dotan de líquido y cuando hay corte simplemente racionan el uso.

Reservas
El corte inesperado del servicio del agua que vivió Guayaquil fue por el derrame de un búnker en el río Daule, a pocos kilómetros de la planta potabilizadora La Toma. Por eso ayer volvió a suspenderse la dotación del líquido.
La operación sirvió para ver las respuestas ante una emergencia. “Si una situación de este tipo se vuelve a repetir actuaremos exactamente de la misma manera, porque es nuestra obligación y nuestra responsabilidad que no haya contaminación en el agua potable de Guayaquil”, explicó Ilfn Florsheim, vocera de Interagua.
En otras circunstancias, no se sabría si en menos de doce horas, como se hizo el martes, se hubiese logrado contener una situación de este tipo, pero lo ocurrido fue un reto y aquello, según la funcionaria, le representa a Guayaquil “una tranquilidad en cuanto a la capacidad de reacción de las autoridades” para proveer el líquido elemental.
En caso de que no se hubiese podido reestablecer el servicio, especialmente para entregarlo a los hospitales que tienen “reservorios grandes”, se habría optado por tomar otras medidas, como solicitar ayuda a otros cantones.
En este aspecto también cuenta el consumo: mientras más la gente utilice el líquido más rápido se acaba la reserva. Por ello se recomienda un uso racionalizado. (IC)