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Xander, el ‘supermán’ del submundo de Quito

EXTRA acompañó a Xander, un youtuber que recorre lugares recónditos de la capital

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Xander siempre está acompañado de su cámara go pro para captar todo lo que pueda.Gustavo Guamán

Enciende un cigarrillo. Le da una pitada. Y suelta: “Me echo unito para templarme… y también por las malas energías”. Solo entonces, Xander K9 empieza su recorrido hacia la profundidad -oscura, peligrosa- de Quito. Pero esta vez, el youtuber no va solo. EXTRA lo acompaña a explorar el submundo, entre cuevas y bulevares, donde se ha convertido en un ‘supermán’.

Son las 10:30 en La Libertad. Nos detenemos en la calle Aguarico y, tan pronto como bajamos del carro, aparece un borracho. Zigzaguea alrededor, con la mirada perdida, y se va. Xander, ecuatoriano de 37 años, advierte que este es un barrio ‘caliente’ del suroccidente quiteño. Y los vecinos lo atestiguan.

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Cuentan -entre el susurro y la denuncia- que en las madrugadas escuchan disparos y persecuciones. No importa que estén cerca del Templo de la Libertad, custodiado permanentemente por militares, o que la montaña, que tiene una seductora vista panorámica, haya sido el escenario histórico de la Batalla del Pichincha en 1822. Aquí hay quejas y carencias.

A un costado de la calle están unos escalones llenos de popó y cartones húmedos. Subimos hasta un pasaje donde hay perros lamiéndose las patas y una pequeña tienda. Xander pregunta por una gruta –que es lo que buscamos–. Una señora responde: “Está más arriba. Pero ya pusieron unas rejillas para que no se metan a robar… Siga, siga”.

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El youtuber muestra cómo los vagabundos dejan rastros de tabaco y droga en una gruta de La Libertad.Gustavo Guamán

Seguimos… hay más escalones. En el camino, el youtuber nos cuenta que se dedica a explorar los lugares más recónditos y los barrios de Quito desde hace muchos años. Pero fue en 2015 cuando decidió abrir su canal y mostrar la realidad que se esconde en estos sitios poco visitados.

Se terminan las gradas. Entonces, avanzamos por encima de un muro de concreto y, entre la maleza, se descubren dos cuevas. Ahora están vacías. Pero en el suelo quedan los vestigios de sus habitantes. Antes de ingresar (hay rejillas y también una puerta), Xander pide permiso: “Voy a pasar a tu interior. Llegamos con bien, salimos con bien. Que nada malo se nos pegue, solo queremos visitar y conocer lo que hay aquí”.

"Por la calle Aguarico pasan maleantes, disparando, a toda velocidad. Necesitamos rompevelocidades”.Rubén Terán
Residente de La Libertad

Lo hace cada vez que se adentra en lugares misteriosos, como la vez que recorrió las cuevas del Panecillo, donde encontró historias de violencia y muerte. O cuando se metió en la casa abandonada de la avenida Simón Bolívar, donde sus equipos –una cámara go pro, un dron, un celular– captaron aparentemente un evento paranormal. Esas experiencias las cuenta en sus videos, que tienen miles de vistas.

En YouTube ha alcanzado los 14.000 seguidores, pero en TikTok ese número se triplica. Con los años, Xander se ha vuelto un ‘capo’ en la edición y también en cómo abordar a la gente. No ha sido fácil, reconoce. Acercarse y conocer sus historias le supone un desafío: ser muy cordial y hablar en jerga: “Así la gente me copia”.

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Xander se adentra a lugares recónditos para documentar sus problemas.Gustavo Guamán

De vuelta a la gruta, que bien podría ser un atractivo turístico, el youtuber halla pipas de manzana, donde meten el bazuco. También hay tabacos, que son utilizados para armar pistolas y cañones. “Es una de las sustancias más adictivas y te lleva a estar sumergido en ese mundo”, detalla.

“Yo soy muy honesto y he contado que en alguna parte de mi vida yo también estuve en temas de consumo. Sé lo que se siente. Pero he logrado salir adelante y me da mucho orgullo”, suelta mientras abandona la gruta.

De regreso, aparece Bryan Chiquito, residente de La Libertad. Aprovecha que está el youtuber allí para pedirle ayuda. “El Municipio no se ha interesado por venir a limpiar”, lamenta el joven, quien reconoce que desde allí hay una vista hermosa opacada por la delincuencia -“en mi casa entraron dos veces a robar”- o por las carencias que sufren sus habitantes, como la falta de transporte.

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Habla de la gruta. Dice que, sobre todo en las noches, hay gente que llega a drogarse. Se vuelve un lugar inseguro. Y ni siquiera las rejillas han evitado que aquel espacio sea una ‘chimenea’ de los adictos.

Rubén Terán, otro vecino, también le expone sus quejas a Xander. Le cuenta que por la calle Aguarico pasan carros llenos de maleantes, disparando, a toda velocidad. “¡Necesitamos rompevelocidades”!, suplica. Él, al igual que Bryan, ven en el youtuber una plataforma para ser escuchados. En su última esperanza. Es –para ellos– el ‘supermán’ del submundo quiteño.

Xander saca el dron. Hace tomas. Bebe agua. Fuma otro cigarrillo… Y vamos hacia la siguiente parada: el bulevar de la 24 de Mayo.

(Lea también: Voces de Guayaquil: Chaulafán, jugos, pollo, pescado y otros gritos en La entrada de la 8)

EL VIAJE CON LA MUERTE

Mientras nos alejamos de La Libertad, el youtuber asegura que recorrer y evidenciar la realidad de los barrios se ha vuelto parte de su vida, sobre todo, en los que ha residido, como La Tola, Toctiuco, La Ferroviaria (zona roja), La Colmena y La Mena Dos.

En sus exploraciones urbanas se ha topado con muchísima gente: desde delincuentes hasta consumidores, como la vez que se metió en la quebrada de El Recreo. “Uno nunca sabe con lo que se va a encontrar”, admite. Pero su labor también le ha permitido encontrar historias graciosas y hasta rocambolescas, como la del taxista que viajó con la muerte.

Recuerda que tras una grabación en el lado oculto del Panecillo, tomó un taxi. En el camino, el hombre le contó que, años atrás, estaba trabajando por el centro-sur de Quito y, de repente, unas personas enternadas lo contrataron para una carrera. Él preguntó a dónde y le dijeron a Latacunga. ¡Lejos! Pero llegó a un acuerdo: 70.000 sucres, que en ese entonces era una buena suma de dinero.

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En la calle, aborda a las personas para conocer sus historias, como la de un chico que patinaba en el bulevar de la 24 de Mayo.Gustavo Guamán

En eso, vio que estas personas subieron a una ancianita en la parte de atrás. Iba con su chalinita y con los ojos cerrados. El taxista asumió que estaba ‘chumadita’ después de la fiesta. La señora no decía nada. Y durante el camino fue dormida, pensaba él. Hasta que llegó al puente de la 5 de Junio, donde familiares de la adulta mayor lo esperaban.

Una de sus hijas se acercó y, viéndole a la anciana, le dijo: “Mamacita, te fuiste a Quito a una fiesta y regresas muerta”. El taxista, asombrado, apenas se enteraba que había viajado con una muerta en su carro. Y en cuanto pudo, dio media vuelta.

LA 24 DE MAYO... ¿O 'LA TWENTY'?

El bulevar de la 24 de Mayo es turístico. Desemboca en la calle La Ronda, que es uno de los atractivos más importantes del centro de Quito. Pero también tiene su historia empeñada por la delincuencia, la prostitución y el microtráfico. Eso lo sabe bien Xander, quien asegura que a este espacio –en el submundo– lo llaman ‘La twenty’ (veinte en español).

Se acerca para hablar con un hombre que está rodeado de mujeres. Él le dice que si su rostro llegara a aparecer en las pantallas, se alborotaría el avispero en su país: Venezuela. A un lado están Génesis, Iris y Luis. Ellos sí hablan. Se quejan de los maltratos. Reclaman igualdad.

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Laura Díaz abraza a Xander en el pasaje de El Robo, luego de contarle que le ha visto en varios vídeos.Gustavo Guamán

“Muchos piensas que todos los migrantes roban, fuman, matan. Pero no. Aquí hay personas que queremos trabajar”, sentencia Iris, quien asegura que es emprendedora y que vende ropa interior en la calle.

Más adelante, Xander graba algunas figuras que adornan el bulevar. De fondo, un borracho le grita a una joven: “¿No necesita un guardaespaldas?”. Los demás se ríen. Pero no todos se contagian de ese jolgorio ridículo y abusivo. Hay algunos que se han mosqueado por las cámaras del youtuber y miran, sentados en bancas de piedra, mientras este hace su trabajo.

¿Siempre estás expuesto a que te ataquen?, le preguntamos. Esto, en el contexto de que en ese bulevar, unos meses atrás, un hombre fue apuñalado. Él responde que mostrarse seguro aleja a los maleantes. Y no tiene miedo. Ha escapado de la muerte tres veces.

La primera fue en una batalla campal entre grupos del barrio La Mena Dos. Unos tipos empezaron a disparar y él se escondió debajo de un carro. Afortunadamente, no lo encontraron. La segunda fue en San Gregorio, cuando un delincuente le iba a robar y a apuñalar en el abdomen. Él agarró el cuchillo con su mano, en la que tiene la cicatriz de otra guerra vencida.

Y la última, dice, por “decisión propia”. “Hubo un momento en mi vida que tenía demasiada tristeza”. Esta última experiencia lo ha llevado a ser empático con los demás y ayudar. Es por eso que entre sus proyectos de TikTok está el de regalar comida a los habitantes de las calles de San Roque, La Loma…

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De vuelta a la 24 de Mayo, llegamos al pasaje de El Robo. Allí está Laura Díaz, quien sale de su local –donde vende cosas usadas– y abraza a Xander. Lo reconoce. Lo ha visto en los vídeos. Y le cuenta que a esa calle la bautizaron con ese nombre por la iglesia que está cerca de allí. Otras vecinas bromean y dicen: “Vengan de noche y va a saber por qué se llama así”.

Entre risas, Xander se despide de EXTRA. Laura lo abraza otra vez. Y le dice que su esposo, Fernando Gómez, fue el policía que capturó a uno de los hombres más buscados del siglo pasado: el violador y asesino Daniel Camargo Barbosa. Esta historia continuará…

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