No solo pasa el 21 de marzo. Cada 21 de septiembre las redes sociales se inundan de flores amarillas en todas sus formas: ramos naturales, flores de papel, chocolates y hasta accesorios. Esta práctica, que ya se ha vuelto tradición, tiene un origen ligado tanto a la cultura popular como a fenómenos astronómicos.

(Te puede interesar: ¿Es el noviazgo virtual una solución temporal a la soledad moderna? El caso Ecuador)

El equinoccio y el inicio de una nueva estación

El 21 de septiembre (aunque la fecha puede variar uno o dos días) marca uno de los dos equinoccios del año, cuando el Sol se alinea con el ecuador terrestre y el día y la noche duran prácticamente lo mismo en todo el planeta.

En el hemisferio sur, este evento coincide con la llegada de la primavera, estación asociada a la renovación, el renacer de la naturaleza y los nuevos comienzos. En el hemisferio norte, en cambio, se da el equinoccio de otoño.

El color amarillo, relacionado con la alegría, la energía y la esperanza, se convirtió en el símbolo perfecto para recibir esta transición.

¿Por qué flores amarillas?

El gesto se popularizó gracias a la telenovela argentina Floricienta (2004-2005), donde la protagonista soñaba con recibir flores amarillas como muestra de amor verdadero. Con el tiempo, la ficción inspiró a miles de personas en Latinoamérica y convirtió este detalle en una costumbre que va más allá de lo romántico: es una forma de celebrar la vida, la prosperidad y el optimismo que trae la primavera.

Países que mantienen la tradición

En naciones del hemisferio sur como Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Brasil y Perú, el 21 de septiembre es la fecha más asociada a regalar flores amarillas, porque coincide con la llegada de la primavera.

En el hemisferio norte, en cambio, esta costumbre suele verse más vinculada al 21 de marzo, cuando comienza su primavera.

¿Las flores amarillas solo son girasoles?

No, las flores amarillas no son solo girasoles. Aunque los girasoles son muy conocidos por su intenso color amarillo y su gran tamaño, existen muchas otras especies de flores con esta tonalidad. Entre ellas están las rosas amarillas, los tulipanes amarillos, las margaritas amarillas, las caléndulas, los narcisos, las orquídeas amarillas y los crisantemos, entre muchas más. El color amarillo en las flores suele estar asociado con la alegría, la amistad, la vitalidad y la energía, por lo que es común en distintos tipos de plantas ornamentales.

Opciones creativas si no tienes flores amarillas

• No siempre es necesario un ramo natural:
• Flores artesanales hechas en papel, tela o materiales reciclados.
• Semillas de girasol o margarita, que además transmiten el mensaje de crecimiento.
• Tarjetas ilustradas con motivos florales amarillos.
• Detalles amarillos como pulseras, accesorios o dulces.

Más que un regalo, un símbolo

Más allá del objeto, lo que importa es la intención: regalar flores amarillas el 21 de septiembre es una manera de compartir buenos deseos, renovar energías y dar la bienvenida a una estación que inspira alegría y optimismo.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡Suscríbete aquí!