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Diario Extra Ecuador

Buena Vida

Alberto Aguilera murió; Juan Gabriel aún vive

El imitador Marcelo Chasi dio un improvisado recital en un ‘mall’ de quito. EXTRA palpó el cariño de muchos fans hacia el fallecido en el primer aniversario de su partida.

Muchos fans se emocionaron cuando Chasi entonó los temas de Juanga.

Muchos fans se emocionaron cuando Chasi entonó los temas de Juanga.Fotos: Hamilton López / EXTRA

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Cualquier mexicano en su sano juicio sabe quién es Juanga. La pregunta es si cualquier ecuatoriano “en su sano juicio” también. Tal vez la respuesta sea no. Porque aquí, al señor Alberto Aguilera se lo conoce como Juan Gabriel, el Divo de Juárez.

El artista copa estos días todos los noticieros y programas de farándula mexicanos. Televisa y Azteca TV, las dos televisoras más grandes, anuncian especiales sobre él desde hace varios días y los periódicos promueven en sus redes sociales los reportajes en homenaje al cantante. Todos quieren recordar a Juan Gabriel, el ídolo que hace un año dejó su vida terrenal.

Pero Juan Gabriel no murió realmente, remarca Marcelo Chasi desde Quito: “El que falleció fue el señor Alberto Aguilera. Juan Gabriel vive”. Su reclamo nace de una voz autorizada, la de un imitador que se dio a conocer en el programa de televisión Yo me llamo. Aunque el talento del difunto era único, lo cierto es que suena y hasta posa muy parecido al intérprete de ‘No me vuelvo a enamorar’.

Chasi incluso profesionalizó su pasión. La sala de su casa, en Quitumbe, sur de Quito, tiene rincones dedicados al cantautor mexicano. Posee discos y DVD de numerosos conciertos y, en un pequeño cuarto, en la parte trasera de la vivienda, guarda unos 40 trajes coloridos, de esos que tanto gustaban a Juanga. Él conoce la historia de cada atuendo y las recita como si fueran sus propios cuentos. Se ríe casi a carcajadas cuando se le dispara a quemarropa la frase “usted es un enfermo de Juan Gabriel”.

Admite que es cierto porque ha estudiado todos sus movimientos y actúa en el escenario para que no quede duda de su genio. Juanga tenía una personalidad excéntrica sobre las tablas, solo hay que entrar a YouTube y buscar el vídeo de ‘Por qué me haces llorar’ en Bellas Artes. Juan Gabriel porta un traje negro, de solapas blancas y rojas, corbata verde y sostiene una copa de algún licor en la mano. Cuando canta “yo nunca había tomado y menos por un amor”, derrama el brebaje en su pecho con enojo. A continuación, el Divo se apasiona, levanta la copa y exclama al ritmo de un mariachi “¡que sepan que hoy me emborraché por ti!”. Y por último, se echa un trago como para agarrar fuerzas frente a su auditorio.

Marcelo Chasi no necesita un tequila para agarrar coraje. Se para en una pequeña explanada del centro comercial El Recreo, en el sur de Quito, y se arranca con una canción sin mariachis, a capela. Los ojos curiosos comienzan a rodearlo. Cecilia Ordóñez hace una petición y el Juan Gabriel ecuatoriano canta sin miedo ‘Amor eterno’. Ella, de 64 años, llora como llora un hijo al recordar a su madre. Y el cantante se inclina agradecido por los aplausos del público. Vive Juan Gabriel y aún se le escucha en tierras quiteñas. A El Recreo fue solo para demostrar cómo la gente lo reconoce y ama.

Anécdotas

La gente siempre lo ha admirado. Antes y ahora. Hace casi veinte años realizó un show en el Club de Oficiales de la Policía. Un sargento se entusiasmó tanto con el imitador que se le abalanzó y ambos cayeron a una piscina. Chasi lo recuerda como una anécdota imborrable porque le dieron 150.000 sucres extras de su contrato de 300.000, y sancionaron al uniformado con tres días de arresto. Esas cosas ya no le ocurren hoy en día, no hay arrebatos, pero sí abrazos y sonrisas.

Ya casi es mediodía en El Recreo. Más transeúntes se arremolinan alrededor de Chasi. Su vestimenta negra con lentejuelas doradas hace que más de uno lo mire de reojo y que los menos tímidos saquen sus teléfonos para tomarle una foto o un vídeo cuando canta ‘Hasta que te conocí’, la segunda canción de su improvisado concierto. Adriana Vaca le ruega que entone de nuevo ‘Amor eterno’ porque a veces es una suerte de himno para recordar a los difuntos. La mujer, de 54 años, también llora por su madre, por su hermano y por Alberto Aguilera. Y por eso también quiso que Chasi ganara hace tres años el ‘realityYo me llamo.

Algunos no recuerdan que ya ha pasado un año desde la muerte del artista oriundo de Parácuaro, Michoacán (México). Falleció un domingo, 28 de agosto, en Santa Mónica, Estados Unidos. Los fans lloraron, Chasi lloró. Y otros como Marcos Contento, que reside en Loja, también regaron unas lágrimas por su ídolo: “Nunca lo vi en vivo y en directo, pero me encanta su música”.

Tiene dos discotecas y si hubiera una dictadura musical, solo pondría canciones del Divo. Eso sí, el 2 de septiembre, día de su cumpleaños, escuchará a Juan Gabriel con 500 invitados. Ha contratado a Marcelo Chasi para cumplir ese anhelo en Macará (Loja) y pedirá que suene su canción favorita: ‘No me vuelvo a enamorar’. Su letra le ha acompañado cuando ha sufrido alguna decepción amorosa.

Repercusión en las calles

El recuerdo de Juanga no está tan magnificado en Ecuador como en México. El viernes pasado, en las calles de Quito apenas se vendían discos de él. La gente -acusa Santiago Maila- prefiere buscar los vídeos en YouTube o se baja la música de internet. Los audiovisuales de Juan Gabriel ya no son un negocio.

Maila regenta un local de películas en el centro comercial El Espiral del norte capitalino, pero solo tiene a la venta un viejo DVD recopilatorio. En la vía pública, los comerciantes ambulantes no revelan secretos sobre si hoy, día del aniversario, saldrá algún producto en homenaje al mexicano.

El amor incondicional a la música del michoacano anida en otros recovecos. Chasi lo lleva en su corazón. Recorre el país con su show, ideado para sobrevivir y no morir de hambre. Era relojero, oficio que aprendió de su padre. Ahora, como intérprete, da trabajo a su esposa, Daysi Elizalde, y a sus tres hijos. Por eso agradece a Alberto Aguilera, a quien nunca conoció de cerca. Solo lo vio a lo lejos en su último concierto en el Coliseo General Rumiñahui, el 14 de marzo de 2014.

No hizo falta el acercamiento físico ni necesita expresarlo verbalmente. Cuando se sienta frente a la televisión y ve un DVD de Juanga, deja correr unas lágrimas, como lloraron las fans en El Recreo, como decenas de miles de personas, en muchos países, se apenaron por la partida de Alberto Aguilera. “La persona se fue, pero Juan Gabriel vive en mí”, remata Marcelo Chasi, como si sus palabras fueran la moraleja de un cuento o la última frase que un artista dice a su público al terminar un concierto inolvidable.

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