Buena Vida
Ya hice todo lo que quería, ¿y ahora qué?
Algunos ya habían fijado una fecha para casarse y hasta para tener hijos, pero cuando no lograron su propósito pueden sentirse deprimidos porque se ven en la misma situación que empezaron.
Una vez acabada la fiesta, la aventura, las salidas y haber vivido lo suficiente, queda el miedo interno y se preguntan: “¿dónde está la persona con la que pasaré el resto de mi vida?”. También están los que se sienten realizados profesional y personalmente, aquello los llena, además, aseguran estar muy bien con lo que son y todo lo que han alcanzado a lo largo de su vida.
Sin embargo, el sentimiento de amenaza también varía por persona y personalidad. Algunos ya habían fijado una fecha para casarse y hasta para tener hijos, pero cuando no lograron su propósito pueden sentirse deprimidos porque se ven en la misma situación que empezaron. Es más, pueden llegar a estar mal cuando llega el fin de semana y echan de menos planes románticos que idealizan en su mente. Otros, por su parte, hacen planes sin afectarse por lo que el resto piense, siempre y cuando estén bien consigo mismo.
Estar soltero/a tiene sus ventajas y, lo importante, según indican los especialistas, es que el individuo que ha logrado su madurez tiene que haber desarrollado la capacidad para poder enfrentar momentos de estar solo, no de aislarse, pero sí de estar en total equilibrio sin la necesidad de compararse con otras parejas o personas.