De forma redonda y pequeño, el arándano tiene gran aceptación por su sabor entre dulce y ácido, que permite realzar diversos platos y bebidas, razón por la que ha conquistado los paladares en el mundo.

Es una gran fuente de nutrientes y posee propiedades antioxidantes, fibras y vitamina C que ayudan a fortalecer el sistema inmunitario. Los nutricionistas lo aman.

Según el chef y docente gastronómico Carlos Espín, en Ecuador es común encontrarlo en los supermercados. El de mayor venta y consumo es el arándano de color azul negruzco, aunque también existen los rojos.

Su presentación es variada, se lo puede encontrar al granel o empacado, deshidratado para ser consumido como snack, en mermeladas y jugos.

“Al ser una fruta, es usada generalmente en repostería para preparar cakes, mermeladas, helados, jaleas, etc.”, explica Espín.

Actualmente se pueden comprar en cualquier época del año. “Poco a poco esta fruta se ha introduciendo en la cultura gastronómica del Ecuador, incentivando a los profesionales culinarios a crear nuevas y creativas preparaciones para satisfacer los paladares más exigentes. La clave para ello es la fusión de productos y la combinación de sabores”, dice el experto.

Agrega que por eso hoy tenemos una gran variedad de preparaciones con esta fruta tan particular y versátil, como por ejemplo ensaladas, jugos, avenas, cocteles, salsas para acompañar cortes seleccionados de res, aves, etc.

Esta fruta ha dejado de ser usada solo en la repostería y ha pasado a ser ingrediente principal de entradas y platos fuertes.

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Su rico sabor permite que el arándano acompañe bebidas, pero de una forma muy original. Escoge los más bonitos y ponlos en una cubeta para hielo, cúbrelos con agua y llévalos al congelador. Una vez listos, quedarán dentro de los hielos, que puedes echar en jugos cítricos o una sangría. Les darán un toque distinto y refrescante.

Receta

Ensalada verde con arándanos

-200 g espinaca

-100 g lechuga romana

-100 g lechuga crespa

-1 manzana verde

-1 manzana roja

-½ cebolla colorada

-200 g arándanos deshidratados

-100 g queso ricotta

-100 g nueces

Vinagreta

-90 ml aceite de oliva

-10 ml vinagre blanco

-30 ml zumo de arándanos

-Sal y pimienta al gusto

 Preparación

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1. Luego de haber lavado y desinfectado las frutas y las hojas verdes, trocéalas con la mano y reserva.

2. Retira las pepas de las manzana y córtalas finamente. Haz lo mismo con la cebolla.

3. Maja el queso ricotta y reserva.

4. Sirve los ingredientes de la ensalada por capas para asegurar que los comensales se sirvan por igual.

5. Para la vinagreta, mezcla en un recipiente el zumo de los arándanos y el vinagre blanco con sal y pimienta. Una vez que se disuelva la sal, incorpora de a poco el aceite de oliva. Bate enérgicamente hasta formar la emulsión.

6. Echa la vinagreta en la ensalada cuando los comensales estén en la mesa, así la ensalada estará crocante y con sus colores vivos.