Buena Vida
Esto es lo que no sabías sobre los besos
Una serie de estudios revelan algunas curiosidades sobre los besos y sus efectos en las personas.
Un estudio realizado por la Organización de Investigación Científica Aplicada de Holanda demostró que durante un beso, en la boca se intercambian más de 80 millones de bacterias.
Los besos suelen considerarse la máxima expresión de amor. Se besa por placer, por compromiso, por amor... Lo cierto es que a través de los labios se transmiten todo tipo de emociones y sensaciones.
Sin embargo, ¿qué tanto conocemos sobre los besos? Probablemente más de un individuo se detuvo a pensar, por ejemplo, por qué al hacerlo se inclina la cabeza; o tal vez a hacerse preguntas sobre la cantidad de bacterias que pasan de una boca a otra... Pues estos datos sobre los besos podrían sorprenderte.
¿Por qué giramos la cabeza?
Un estudio publicado en la revista Scientific Reports se ha dedicado a explicar por qué movemos la cabeza al besar. La investigación dirigida por el Departamento de Psicología de la Universidad de Bath, (Reino Unido), afirma que los seres humanos tienen el sesgo innato de inclinar la cabeza hacia la derecha cuando besan a alguien.
Entre otros descubrimientos, los expertos pudieron predecir hacia qué lado lo harían dependiendo de si la persona que iniciaba la acción era zurda o diestra. Es decir, el recipiente sigue al que promueve la acción para evitar un movimiento en espejo, que, según los sujetos del estudio, producía una sensación de incomodidad para ambos.
Los besos incluyen hormonas vaginales
Sí, la saliva de la mujer las incluye y su nombre es copulinas. En estas se han encontrado altos niveles de testosterona, una hormona que incrementa el apetito sexual en el hombre. Ambas sustancias (testosterona y feromonas) desempeñan un papel esencial en el cortejo, la excitación sexual y la procreación humana.
Los besos reducen las alergias
Según un estudio japonés, 30 minutos de besos apasionados podrían ayudar a controlar la alergia al polen, pues al besarse se reduce la producción de histamina, sustancia química segregada como reacción a ese polvo fecundante.
Un poco de historia...
Según un estudio publicado por la revista Semana, el beso aparece por primera vez en la historia de la humanidad en los homínidos como una forma instintiva de la madre de manifestar afecto y cuidado hacia su cría.
De hecho, la mujer de Cromañón alimentaba a sus crías masticando primero la comida y, posteriormente, la pasaban a la boca de su cría desde la suya.
Posteriormente, durante la Revolución Industrial se globalizó la idea del beso como símbolo de cortesía y amor entre dos personas; retomó su papel como un elemento de estimulación sexual.