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Diario Extra Ecuador

Buena Vida

Así es una mujer maravilla

Katherine Sierra tiene 27 años y es una cosplayer guayaquileña

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Cuando Katherine Sierra mira a los ojos intimida. Son celestes, grandes y hasta enigmáticos. Sus labios rojos contribuyen a la imagen de una mujer muy segura de lo que quiere. Katherine tiene 27 años y su rostro está caracterizado como el de la Mujer Maravilla. Impacta ver el atuendo entero. Su corsé parece metálico, su falda es de cuerina y sus botas son de goma EVA; es decir su presencia y tal vez exagerando un poco su look se parece mucho al de Gal Gadot, la actriz que interpreta al personaje de DC Comics.

Está orgullosa de que le digan que es ‘la Mujer Maravilla ecuatoriana’, pero no se la cree; ella da crédito a otras cosplayers que también caracterizan a la Princesa Diana. Pero, por esta vez, Katherine es la Wonder Woman que llama la atención en Guayaquil, la mujer a la que invitaron al estreno de la película en un cine de Guayaquil y la cosplayer que quiso contar su historia en un set y mostrar cómo una admiradora del personaje puede personificarlo con creatividad y amor.

En la serie de los 70, con Lynda Carter, se hizo icónica la imagen de Diana Prince dando vueltas y como con un estallido, se convertía en la Mujer Maravilla. En la vida real, la transformación es más larga, al punto que puede demorar hasta 20 minutos para que cada detalle sea lo más cercano al traje original. Entre accesorios y vestimenta suman 16, incluidos la espada y el escudo. Ella se viste sin ayuda; solo requiere dos manos extras para ajustarse el corsé porque tiene velcro en la espalda. Sus ojos celestes, los que intimidan, también son producto de la caracterización: son unos lentes de contacto. Katherine tiene ojos miel.

En el mundo del cosplay Katherine es conocida como ‘Kath Kath’. Su amor por esta actividad inició a sus 12 años, cuando jugaba a disfrazarse de personajes del género del terror como: Samara Morgan (la niña de ‘El Aro’), Regan MacNeil (la niña de ‘El exorcista’), vampiresas o incluso zombies: “Siempre me disfrazaba de personajes de terror. Yo no sabía que eso era hacer cosplay, pero me gustaba”.

Hoy para ella, ser cosplayer, es un hobby apasionante que se mezcla con sus días de diseñadora gráfica y multimedia en una empresa privada, así como con su faceta de deportista y de defensora de animales. Ella acude siempre, una vez a la semana, al Parque Forestal de Guayaquil en compañía de su novio: “Es como ir a misa todos los domingos. Vemos que los animales estén bien, les damos de comer, agua, los llevamos al veterinario de ser necesario y les buscamos una familia para ellos.”

A medida que Katherine fue creciendo, se fue adentrando en el mundo de los superhéroes, villanos, personajes de videojuegos y de anime. Gracias a las coincidencias de la vida conoció a una agrupación de chicos que se dedica al Cosplay, los cuales le permitieron ingresar y ser la segunda mujer en el grupo. A raíz de este hecho, Katherine pudo descubrir otras esferas adicionales como el cosmaker y el propmaker, lo cuales la motivaron a confeccionar con ayuda de sus amigos, los trajes de sus personajes. Estos aspectos la hicieron profundizar aún más su amor por este hobby que la llevó a convertirse en: Sharon Carter, Elektra, Sonya blade, Batwoman, Wonder woman, entre otros.

Katherine vino a EXTRA, hizo una sesión de fotos; siempre con esa mirada que intimida. Al finalizar el trabajo con el fotógrafo, ‘Kath Kath’ se transformó en una mujer de sonrisas, juegos, coqueteos. “Tomemos unas selfies chicos”, dijo para romper el hielo y lo que empezó con un autoretrato concluyó con videos de muecas, peleas fingidas, abrazos; pero siempre cuidando los detalles. Que el cabello (que es largo) no esté alborotado, que la capa no cubra su espada y que su maquillaje esté a la altura de una mujer maravilla. Sí llama la atención su presencia, pero también inquieta su personalidad de una mujer alegre, que tal vez no es lo que proyecta Gal Gadot en la película que se estrena el 2 de junio.

El arte de elaborar exige todo un proceso que inicia con la selección, estudio y definición de la versión que se confeccionará. Ella recuerda con mucho asombro el traje que utilizó Lynda Carter en la serie estadounidense de la Mujer Maravilla (1975-1979); sin embargo, la armadura de la nueva indumentaria que utilizará Gal Gadot, la enamoró. Esto la estimuló a embarcarse en el viaje de creación, pieza por pieza, el cual duró aproximadamente un mes y que estuvo a cargo del artista Wladimir Cotrina.

El éxito para un buen cosplayer radica además de su actuación, en lo realista que debe lucir su traje. ¿De qué está hecho? y ella suelta -como si fuera una ráfaga de golpes- los materiales: cuerina, tubo de bicicleta, goma EVA, fibra de vidrio, resina, cemento de contacto, madera (espada) y hasta la antena de televisión pagada para el escudo.

Todo el esfuerzo vale la pena. Katherine Sierra luce como Wonder Woman aunque ella insiste que no lo es, que su madre Norma es su mujer maravilla porque la inspira, porque con sus años trabaja, va al gimnasio, cuida la casa y está pendiente de ella. Sus palabras no intimidan como sus ojos, sus palabras son sinceras; que a la larga es lo que la Mujer Maravilla buscaba: la verdad.

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